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Estamos tan acostumbrados a atestiguar la milagrosa resurrección de franquicias de antaño que no debería causarnos sorpresa que Sony decida recuperar las glorias de su primera exclusiva para PlayStation; la diferencia con Twisted Metal es que no se basa en la nostalgia para buscar motivarnos a jugarlo, sino en hacernos saber que provocaremos caos en el asfalto y devastación automovilística. En muy pocos días esta combinación violenta nos dejará ser partícipes del frenesí de la destrucción más impresionante.
Siguiendo la línea de la entrega previa Twisted Metal Black, esta nueva iteración utiliza lo más perturbador del humor negro para narrar una historia plagada de escenas con violencia explícita, personajes lunáticos y motivaciones siniestras. Claro, es necesario decir que aunque para esta versión el argumento es más elaborado que una simple colección de personajes buscando pelea, y en realidad podremos explorar más a fondo la historia de los competidores, así como los oscuros propósitos del torneo, el objetivo de Twisted Metal nunca ha sido envolvernos con su narrativa y en su lugar, prefiere usar el intenso combate de autos para capturar nuestra atención.
Así las cosas, la principal atracción es el intrincado sistema de juego, que fiel a la tradición, favorece la experiencia multijugador por sobre su sólida, si bien no tan divertida campaña. Si juegas a solas será posible enfrentar colosales creaciones metálicas, las que por cierto exigen con frecuencia lo mejor de tu habilidad estratégica y destreza con los dedos para esquivar fuego enemigo en tu vehículo mientras intentas regresar el ataque, pero fuera de cumplir misiones y conocer el historial de cada personaje, junto a algunos modos para entrenar maestría al conducir, puedes estar seguro de que no será tan emocionante como compartir una cataclísmica batalla sobre ruedas con otras personas, lo que se traduce en la posibilidad de disfrutar cooperativo de cuatro jugadores y competitivo de hasta dieciséis contrincantes.
Pero más que una competencia de demolición, este Twisted Metal intenta superar los pasados logros de la franquicia, agregando elementos de estrategia al que de otro modo, sería un divertido caos destructivo. En inicio, ya no hay combinaciones preestablecidas de personajes y vehículos, con lo que tienes libre elección del conductor, así como el vehículo que mejor se ajuste a tus necesidades del momento. Por supuesto, todos los autos están equipados con armamento brutal y dos habilidades especiales, únicas para cada uno; y aunque como era de esperarse, habrá mucha maquinaría de entregas anteriores, también se incluirán nuevas carrocerías, incluyendo una voladora. Esto significa que además de las jocosas motocicletas, por primera vez en la serie se presenta el combate aéreo; cambiaron neumáticos por hélices para el Talon, un helicóptero equipado con ametralladora automática y también una pequeña motoneta para escapar de las situaciones de extremo peligro. En primera instancia esta podría parecer una opción muy ventajosa, el defecto es que este aparato flotante tiene poca resistencia y una especial susceptibilidad a misiles teledirigidos.
La idea es sencilla: acelerar a toda velocidad, ya sea para borrar la existencia a tus enemigos o escapar de sus explosivos ataques, sin embargo, la experiencia de juego va más allá que una simple cacería de oponentes. La diversidad surge de los escenarios, las armas y claro, los vehículos, pero también de los distintos modos que ofrecen una perspectiva interesante a los convencionalismos. Un ejemplo es Nuke, una variante del clásico Team Deathmatch, en el que cada facción posee una enorme estatua suspendida en el aire, que constituye el objetivo a destruir por el equipo contrario; lo interesante es que para acabar con las efigies debes dirigir un misil que casualmente necesita llevar amarrado al líder enemigo, a quien por cierto antes deberás secuestrar. Es una labor complicada pero divertida y casi adictiva, que frente al caótico frenesí, requiere de mucha táctica y comunicación por parte de cada equipo.
Y cuando se trata de poder de fuego, tendrás a disposición un vasto arsenal con ingenioso diseño que va de pueriles misiles y pequeñas ametralladoras a gigantescos magnetos, explosivos de toda clase y mascotas voladoras por más extraño que parezca. Además del armamento fijo del auto, podrás cargar contigo un par de armas de menor calibre con municiones infinitas, y dependiendo de la situación, te sacarán de aprietos, por ejemplo la escopeta, que al apuntarla al parabrisas de un contrario pueda causar daño devastador.
Con lo visto hasta ahora, podemos decir que Eat Sleep Play ha mejorado considerablemente en cada etapa de sus demostraciones, refinando el control hasta volverlo accesible para los jugadores ajenos a la franquicia, pero sin perder la complejidad que lo caracteriza. Lamentablemente, en términos visuales, Twsited Metal deja mucho que desear y cabe dudar que se hagan mejoras para la fecha de lanzamiento este 14 de febrero. Si bien es cierto que la calidad gráfica no está garantizada, el esquema de juego es uno de los más entretenidos de los últimos meses en lo que refiere a multijugador y sólo hace falta realizar algunos ajustes de balance para que la experiencia divertida se vuelva realmente épica. Si esperabas un título diferente de autos, que tenga poco que ver con las carreras y mucho más con la acción al estilo de juego de disparos pero con mayor complejidad, sin duda Twisted Metal se perfila para ser justo lo que esperabas.
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