Ya hemos hablado de jugar para ganar y Yomi; es hora de jugar para perder, y no
me refiero a dejarte perder con tu pareja o tu pequeño hermanito, lo cual también
es un gesto bastante amable. Algo que quedó claro, o por lo menos eso espero,
es que todos deseamos divertirnos, algunos sólo se divierten ganando, a otros
no les importa tanto pero las personas que gusten de perder, probablemente sean
unos de los gamers más raros de la
historia.
El punto de jugar para ganar es que los jugadores formales no permiten que el juego deje
de evolucionar, pero la mayoría de estos tienden a caer en un círculo vicioso
muy parecido al de los informales. Generalmente los jugadores que destacan en
un juego usan la misma técnica una y otra vez, profundizan en ella y mejoran
pequeños detalles, lo cual no está mal, al contrario, puede ser una técnica suprema
que domine el juego, pero todas las acciones que realices en un juego
competitivo tienen una forma de evitarlo (esto ya lo vimos en Yomi), y si no la tienen, el juego está roto y condenado a una existencia
repetitiva hasta el final de los tiempos o hasta que se aburran los jugadores, que será la opción más probable.
Es aquí donde entra jugar para perder. En un juego serio
como un torneo o un enfrentamiento contra el Joker (asumiendo que seas Batman),
debes usar todas tus técnicas y jugar al máximo, ahí no existen las técnicas
sucias, a menos que le piques los ojos a tu oponente, le tires el control de
las manos o desconectes su computadora. Esto hace que muchos estilos diferentes
de juego choquen, haciendo que en un juego, donde las escopetas dominan, se
enfrente un equipo con todas sus escopetas a un ejército de francotiradores,
o donde Sagat pelee contra un desconcertante Dan.
Son estos jugadores que salen de las técnicas
convencionales y usadas frecuentemente los que han jugado para perder,
algunas veces en juegos casuales deciden probar algo diferente, posiblemente la
que es considerada la peor arma del juego, pero que te permite correr mucho más
rápido, o su personaje preferido, que a su pesar es supuestamente el más débil
del juego, y sí, lo más probable es que pierdan por esa decisión si su oponente
tiene el mismo nivel de juego. En algunos casos estas opciones pueden llegar a
revelar poderosos secretos.
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