Como industria, la de los videojuegos vive uno de los momentos más contrastantes de su historia. Por un lado, la relevancia de la cual goza dentro del universo del entretenimiento e incluso a nivel cultural, nunca había sido mayor. Sin embargo, la recesión económica, aunada a cierto estancamiento en materia de hardware, ha traído consigo incertidumbre, falta de liquidez y números de venta cada vez más alarmantes, mismos que no se veían desde 2005, por lo menos.
En este escenario, los primeros en la cadena alimenticia suelen ser los estudios, pues constituyen el grueso de la fuerza laboral que da sustento a las verdaderas cabezas que son las distribuidoras, como Electronic Arts, Activision, 2K, Ubisoft y algunas otras. Son las distribuidoras las que ponen el dinero para hacer los juegos, aceptan el mayor riesgo y al final si todo sale bien se llevan la tajada más grande.
Pero, de darse ciertas condiciones, dichos actores también pueden verse comprometidos. Es el caso de THQ, compañía californiana que vive su peor momento en más de dos décadas de existencia. Pese a que lo más fácil para explicar su situación sería poner como excusa a la mencionada crisis de los mercados globales, lo cierto es que esta sólo ha fungido como catalizador de varios ingredientes que tienen a la compañía al borde la perdición. ¿Cuáles son esos ingredientes? Precisamente eso es lo que desglosaremos en las siguientes líneas.
Los orígenes del problema
Todo empieza con los juegos que THQ ha producido en épocas recientes. De 2009 para acá, la distribuidora lanzó 47 títulos, lo que se traduce en 15 por año. Como referencia, Electronic Arts colocó 22 juegos en el mercado durante el pasado año fiscal, así que hablamos de una proporción aceptable. Sin embargo, el problema no es el número, sino la calidad y relevancia de los mismos. La calificación promedio de dichos productos entre los medios especializados es de nada más y nada menos que 46. En pocas palabras, si esto fuera un examen, la empresa estaría más que reprobado y la razón sería muy simple: THQ apuesta por conceptos que a nadie más le atraen.
Entre el repertorio de ofertas en cuestión desfilan juegos basados en los shows de concursos Jeopardy y Wheel of Fortune; caricaturas como Scooby-Doo! y Bob Esponja, y películas como Up y Kung Fu Panda. Si una lección han aprendido las distribuidoras desde la década de los 80 es que los proyectos inspirados en películas y series de televisión suelen enfrentar serias dificultades debido a limitantes creativas, agendas apretadas y problemas inherentes a la adaptación de conceptos nacidos en otro medio. Por supuesto, hay excepciones, pero THQ abusó de este recurso y sobra decir que ha sido esta clase de propuestas la que más ha mermado la calidad, las ventas y también la reputación de la compañía.
Pero si lo anterior no bastara, hay otro problema: algunas de las franquicias más fuertes de THQ tampoco han alcanzado el éxito proyectado y qué mejor muestra que Red Faction: Armageddon y Warhammer 40,000: Space Marine, dos de las promesas más importantes para la empresa durante 2011 y que sucumbieron dramáticamente a nivel comercial. Armageddon sólo despachó 480 mil unidades, mientras Space Marine se quedó en 620 mil. Lo más curioso es que ninguno fue rotundamente malo, pero los conceptos no fueron atractivos, ni siquiera desde la perspectiva visual. Red Faction siempre se apoyó en el motor de destrucción como principal atributo, pero sus paisajes rojizos y desolados nunca le ayudaron a ir más allá; por su parte, Warhammer: Space Marine fue indicador de que a ese sello le hace falta evolucionar, pues aunque representó grandes ingresos en otras épocas, ha visto diluida su relevancia en la escena de los juegos de acción. Sin embargo, THQ sigue confiado y pese a cancelar Red Faction, apostará por otros dos Warhammer durante 2012 y 2013, incluyendo un riesgoso MMO del que poco se sabe pero que es asunto de vida o muerte por los niveles de inversión que supone un proyecto de ese género.
Lógicamente, debido a lo anterior THQ ha tenido que cerrar estudios muchos estudios desde 2008, cuando la recesión apenas empezaba a dejar sentir sus primeros efectos. La compañía que en algún momento dispusiera de más de 20 casas de desarrollo, ahora sólo cuenta con cinco y catorce de las ya difuntas cerraron sus puertas entre 2008 y 2011.
Con este replanteamiento, estamos tratando de enfocarnos en propiedades de alta calidad con gran atractivo que puedan explotarse a través de varias plataformas, y también en trabajar con el mejor talento de la industria, declaró Brian Farrell, director general de THQ en el marco del cierre de tres de sus subsidiarias a mediados de 2011 y un desalentador informe trimestral de ventas. Al reajustar nuestras capacidades de desarrollo interno para consolas, nuestros estudios están enfocados en entregar juegos de alta calidad con equipos talentosos guiando la ejecución de esos títulos en el mercado. Como hemos subrayado en nuestras estrategias de negocios, estamos haciendo cambios para reducir nuestro portafolio de juegos infantiles y basados en películas, alejándonos así de juegos que no generarán sólidas ganancias en el futuro, concluyó el mandamás, al tiempo que ya anticipaba un préstamo por $75 millones de dólares surgidos de la cartera de crédito de Wells Fargo.
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