¿Cuál es la mejor composición de David Wise?

Explorando la obra de este singular artista británico


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Recuerdo que en la época del NES empecé a darle mucha importancia a la música de los videojuegos. En Atari 2600, por ejemplo, todo el audio se reducía a efectos de sonido que son clásicos en sí mismos, pero que no nos llevaban a tararear ni a recordar el título. La melodía de Super Mario Bros. se quedó incrustada en mi cerebro desde la primera partida, pero al ir explorando el catálogo del coloso de 8 bits, me encontré con verdaderas joyas que a la fecha sigo escuchando. Existe un componente nostálgico, por supuesto, pero en el caso particular de la música compuesta por el personaje del que hoy hablaremos, la calidad es tal que va mucho más allá de darle valor sólo porque me trae recuerdos.

¿Quién es David Wise?

Considero poco probable que no te hayas topado con este nombre alguna vez, pero si fuera el caso, déjame contarte que es uno de los mejores compositores de la industria del gaming. Nacido en Inglaterra, el pequeño David mostró interés y un talento especial para la música. Aprendió a tocar algunos instrumentos y su golpe de suerte se dio cuando le tocó demostrar el funcionamiento de una computadora musical conocida como Yamaha CX5 a un par de hermanos de los cuales seguramente has escuchado: Chris y Tim Stamper, fundadores de Rare, estudio del que hablamos la semana pasada.

Así como he dicho que el matrimonio entre Nintendo y Rare rindió muchos frutos, la contratación de David Wise por parte del estudio británico produjo una larga lista de éxitos. Wise estuvo con ellos de 1985 a 2009 y durante prácticamente una década fue el único compositor de su plantilla. Resulta difícil hablar de las victorias de Rare en aquellos tiempos sin pensar en su destacado trabajo. Actualmente tiene su propio estudio llamado David Wise Sound Studio y sigue participando en proyectos de videojuegos.

¿Qué lo hace especial?

Cuando se habla de David Wise, por lo general se le describe como un compositor que usa mucho la atmósfera del juego en cuestión para crear una fuerte conexión entre lo que se está viendo y lo que se está captando a través de los oídos. Le gusta hacer uso no sólo de instrumentos musicales, sino que integra elementos del ambiente logrando una fusión muy interesante. Estos efectos pueden ser un goteo de agua, una explosión o el crujido de algún metal. En ocasiones esta intencionalidad ha rebasado las fronteras de la experiencia de juego como tal, o al menos fue mi caso con la trilogía de Wizards & Warriors en el NES. La jugabilidad en ese caso es bastante limitada y frustrante, pero las composiciones de Wise le imprimen una personalidad que al final se vuelve mucho más importante que los demás elementos del juego. Para mí es inevitable pensar en esos títulos y no recordar alguna de sus melodías. Tengo los 3 cartuchos y en ocasiones los juego sólo para deleitar mis oídos. La parte 2 es mi favorita, sin duda.

Otro caso en el NES que se salió del molde es el de R. C. Pro Am. A diferencia de lo que describí acerca de Wizards & Warriors, este singular juego de carreras y sus escasas composiciones forman una mancuerna perfecta que aún en estos días se disfruta gracias a su gran jugabilidad. Hablando de otro tipo de carreras, no quisiera dejar de mencionar a Marble Madness. Aunque no se trata de una obra hecha completamente por el protagonista de este texto, es indudable que especialmente en el port de NES se nota su influencia. En gran medida, ese juego me atrapó por su apartado auditivo, y eso es precisamente lo que en ocasiones ayuda a que no me desespere su alta dificultad. Antes de cambiarme de generación no quisiera dejar pasar algunos otros ejemplos como WWF Wrestlemania, A Nightmare on Elm Street, Time Lord o Solar Jetman: Hunt for the Golden Warpship. Digamos que en ese tiempo ya era fan de David Wise sin saberlo. Hasta que llegó el Super Nintendo fue que este talentoso compositor empezó a tener más notoriedad para mí (y para todos).

Antes de hablar del elefante en la habitación, abordemos un título de la generación de 16 bits que, en mi opinión, tiene uno de los mejores soundtracks del sistema: Battletoads in Battlemaniacs. Sacándole todo el provecho a las cualidades de la consola, Wise compuso una banda sonora impecable con tintes de rock y pequeños solos de guitarra digitalizados que aderezan la experiencia de una manera pocas veces vista. Años antes había participado en el soundtrack de la versión de NES, pero no fue un trabajo en solitario. En el caso de la versión de Super Nintendo, trabajó completamente por su cuenta, lo cual se agradece. En Ragnarok Canyon, los golpes que les propinas a los enemigos se sienten mejor con la música de fondo, la cual hace que Rash y Pimple se vean aún más imponentes. The Snake Pit, con percusiones combinadas con guitarra y hasta un sonido que se asemeja al de una marimba, hace que saltar de una serpiente a otra sea mucho más llevadero. Roller Coaster es la pista más frenética y encaja perfectamente con el sentimiento de ser perseguido por una rata maniática con una sierra. Incluso existe una breve pista que no se usó en la versión final. Aquí está la lista completa. Todas las piezas son magníficas, pero si tuviera que elegir, seguramente me quedaría con las de las escenas de bonus. Son las que normalmente tarareo cuando recuerdo este juegazo de los primeros años del coloso de 16 bits de Nintendo.

De la mejor música que puedes escuchar en el Super Nintendo (y mira que hay para escoger)
De la mejor música que puedes escuchar en el Super Nintendo (y mira que hay para escoger)

La obra maestra que lo puso en los reflectores a escala mundial

En 1994, Rare finalizó uno de sus proyectos más ambiciosos: hacer un juego con modelos tridimensionales y al mismo tiempo revivir una de las franquicias icónicas de Nintendo: Donkey Kong. Una obra de tal calibre e importancia tenía que tener en su equipo de desarrollo lo mejor de lo mejor, por lo que David Wise se involucró en la composición de la banda sonora junto con Eveline Fischer y Robin Beanland. La música te cautiva desde el momento en el que enciendes la consola, con una fanfarria acompañada por el logo de Rare. El mapa te da la bienvenida con Simian Segue, compuesta por Fischer, pero cuando entras a Jungle Hijinxs y escuchas DK Island Swing con esos bongos que van in crescendo y que posteriormente se complementan con el sintetizador, así como algunos sonidos ambientales, te sientes parte del mundo de los gorilas. La rapidez con la que avanzas en el nivel depende de ti, pero pienso que la música está hecha pensando en que cada compás haga clic con lo que está pasando en la pantalla. Recuerdo que me voló la cabeza desde el primer momento, pero era sólo el primer bocado de un gran banquete artístico.

Jungle Hijinxs, Ropey Rampage y Reptile Rumble tienen una excelente ambientación, pero al llegar a Coral Capers te encuentras con una absoluta delicia: Aquatic Ambiance. Por lo menos hasta ese momento, jamás había jugado un nivel de agua tan inmersivo y con una atmósfera tan bien lograda. Es imposible pasar por alto el gran trabajo que se hizo con esta pieza, incluso si tienes oído de artillero como yo. Además se introduce el personaje de Enguarde, lo cual favorece mucho la experiencia. Realmente te sientes en las profundidades de los arrecifes. En aquellos años, recuerdo que a veces me quedaba inmóvil para no terminar el nivel y seguir disfrutando la melodía. Una vez más, si tuviera que elegir la mejor pieza de esta primera parte de la trilogía, me quedaría con Aquatic Ambiance sin duda alguna. En segundo lugar estaría Gang-Plank Galleon, que para mi gusto es de las mejores melodías de la historia para una boss fight.

Uno de los mejores momentos de toda la saga
Uno de los mejores momentos de toda la saga

Mejorando lo inmejorable volando solo

En Donkey Kong Country 2: Diddy’s Kong Quest, Wise cargó solo el paquete de la composición musical. Desde mi punto de vista, esta es su obra maestra. En un principio me dolió mucho la ausencia de Donkey Kong, pero cuando me di cuenta de lo asombrosa que es esta secuela, se me pasó como a la rana René. Aunque mi lealtad siempre estará con la primera parte, en justicia debo decir que la segunda la supera en muchos sentidos. Técnicamente se nota una mejoría que yo hubiera considerado imposible después de lo visto un año antes, pero los escenarios están aún más estilizados, además de los nuevos personajes que le inyectaron novedad y sirvieron de pretexto para diseñar niveles muy interesantes. Ya estaba enamorado de la franquicia y debo decir que tenía ciertas reservas acerca de esta nueva versión, pero cuando me dispuse a jugarla de principio a fin, la conexión que hice con ella se volvió mucho más sólida y permanente.

¿Por dónde empiezo? Sólo mencionaré 3 piezas que me parece que destacan y que, por sí solas, dan un valor incalculable a esta inigualable serie de composiciones. La primera es Forest Interlude, que te acompaña al explorar el bosque en el cual sutilmente se cuelan algunos rayos de luz y en el que debes colgarte de algunas lianas fantasma para ir avanzando. En segundo lugar tenemos Mining Melancholy, que ambienta una mina plagada de enemigos en la que debes hacer uso de las corrientes de aire para alcanzar los puntos más altos. Una vez más, al jugar opté por detenerme unos momentos para escuchar la composición con tranquilidad. Creo que tiene un tono que te transmite el peligro por el que los Kongs están pasando, pero a la vez te dice que hay esperanza de victoria y que debes seguir luchando por llegar al final.

Finalmente, quiero mencionar una composición que no es menos importante y que he estado escuchando muchísimo en los últimos días. Dentro de la grandeza del trabajo realizado en las primeras 2 partes de Donkey Kong Country, David Wise alcanzó el clímax con Stickerbush Symphony. La apacible melodía contrasta con la acción constante de Bramble Blast mientras vas saltando de barril en barril y evitando las plantas espinosas. A pesar de estar al aire libre, este nivel siempre me da una sensación de claustrofobia y nostalgia. Aunque no es la composición favorita de Wise (sino Aquatic Ambiance), creo que sí lo es para muchos de sus fans, incluyéndome.

Y que lo vuelven a buscar…

Después de su salida de Rare en 2009 y para beneplácito de sus seguidores, en 2010 Wise fue contactado por Michael Kelbaugh, presidente de Retro Studios que había trabajado con él en Rare, para invitarlo a musicalizar Donkey Kong Country: Tropical Freeze hombro a hombro con Kenji Yamamoto, el legendario genio detrás de varios de los títulos de la saga Metroid.

Cuando jugué esta joya de Wii U, quedé impresionado con los escenarios y la jugabilidad, pero más allá de eso, sin saber de antemano que el compositor principal era Wise, identifiqué su estilo casi de inmediato. Stickerbush Symphony regresó con un nuevo arreglo ejecutado con flauta de pan y con los beneficios de la tecnología del momento. En este caso, la pieza más destacable en mi opinión es Seashore War. Esos requintos le imprimen una melancolía muy especial, sirviendo no sólo para marcar el título en cuestión, sino como una especie de epílogo del trabajo del compositor en la saga entera. Cada vez que la escucho pienso en las horas interminables que he pasado con la familia Kong y no puedo hacer otra cosa que admirar y valorar la auténtica obra de arte musical que he podido disfrutar. Tal vez no sea el final de la relación entre Wise y DK, pero si lo fuera, esta composición sería el fondo perfecto.

Si ya saben como soy, ¿para qué me invitan?
Si ya saben como soy, ¿para qué me invitan?

Con referencia a su trabajo en la época del Super Nintendo, es impresionante lo sofisticadas que son las composiciones considerando que se desarrollaron digitalmente para poder introducirse en el cartucho. Fue una labor de lo más exhaustiva, pero los resultados seguramente hicieron que el músico británico suspirara con gran satisfacción. Existen muchos compositores con gran talento en la industria, pero David Wise siempre se distinguirá por el estilo tan peculiar que tiene y la impresionante habilidad con la que integra lo que se escucha con lo que se ve, haciéndolo siempre con el ritmo y la instrumentación adecuadas.

¿Cuál es tu composición favorita de David Wise? Cuéntanos en los comentarios y nos vemos por aquí la próxima semana.

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