Dominio: Capitulo 1.

vientos, antes de empezar, quiero aclarar que esta es parte de la historia que estaban leyendo, XD solo que desde otra perspectiva, que mas adelante se juntaran.

otra cosa amigos, me gustaría que me dijeran abajo todo lo que no les ha gustado, errores de sintaxis, cosas que no deberían estar ahí, elementos que arruinen la diversión, todos esos detalles que les molesten, así me ayudan a mejorar. XD

Capitulo 1 : nueva vida.

-Y bien... ¿están seguras?- cuestiona mi papá con tierna preocupación.
-si estoy segura.- respondo un poco titubeante.
Tratando mas que nada de convencerme a mi misma de que es lo correcto y es que hoy es el primer día de una vida nueva, llena de los peligros y misterios que conllevan la madurez como tal. Pues hace unos días después de gastar los ahorros de toda nuestra vida, Esme y yo finalmente logramos independizarnos de papá comprando un pequeño apartamento en el centro de la ciudad. Supongo que no es algo que lo haga muy feliz, pues desde que mamá murió de cáncer hace ya muchos años ha estado muy solo, totalmente dedicado a su trabajo como padre y como amigo. Y si acaso es valido que yo lo diga, ha hecho un estupendo trabajo, pero al final ha llegado el momento que volemos por nuestra cuenta, que vivamos la vida según nuestro criterio y acción pues tanto mi hermanita como yo, ya llegamos a la vida adulta ((yo con cierta ventaja)).
Y al fin hoy nos vamos de esta casa para así llegar a un nuevo hogar.

-¡Otoosan!.-Exclama mi hermana con un grito desmesurado, en extremo exagerado y con una actitud tan infantil que difícilmente podrías decir que esta chica tiene ya sus recién cumplidos 19 años de edad.
-vamos chaparrita- papá voltea a verme y me dice en un suave y melancólico tono-, tu tambien, dame un abrazo antes de que se vayan a su casa.-
-ah... ¡papá! Estamos haciendo un melodrama aquí...- pese a que de boca me niego también lo abrazo sin pensarlo mucho. Diablos, parece telenovela aquí afuera.
-¡Oye! Anna una cosa más antes de que se vayan: cuida a Esmeralda por favor, te la encargo mucho.- con una sonrisa acepto la misión y sin esperar mucho mas meto a mi hermana por la fuerza al taxi que llevaba ya cerca de 30 minutos esperándonos; posteriormente entró yo.

Aquella “niña” de cabello rojo seguía llorando aun después de que papá se había perdido en el horizonte, quizá al igual que yo sentía ese típico miedo a lo desconocido, o quizá...
-no seas escandalosa Esme. Vamos ya no llores, tu desde un principio estuviste de acuerdo con venirnos a vivir las 2 sólitas y ahora ¿te quieres echar para atrás?
-no es eso, solo es que me pone depre dejar a mi papá sólito.
- pues si Esme, pero vamos, lo vamos a visitar seguido, sin contar que como adultas que somos tenemos que vivir por nuestra cuenta, ademas, que en tu caso es temporal, cuando papá este viejo y enfermo tendrás que venir a cuidarlo- Esme me mira confundida-. Así como lo oyes, es costumbre que la menor cuide a los padres cuando estos ya son viejos, yo quizá me pase por aquí a darles algo de dinero.
-baka Onee-chan-
-vamos solo jugaba. Mira en cualquier caso, en nuestra nueva casa vas a estar mas cerca del “enano ese”
- ¿“enano ese”?-
-no te hagas tonta, ya sabes a quien me refiero.-
-tu estas mas enana Onee-chan - estoy seriamente tentada a habentarla por la ventana-,ademas el “enano ese” tiene nombre: se llama Alan.-
-la verdad no se por que andas con el, es un cretino.-
-solo es un cretino cuando lo tratan mal, ademas ¿Que no se supone que me estabas dando animos?.-
-si pero escogí un mal tema.-
-no cabe duda, onee-chan seras una terrible psicóloga.-
-yo seré una muy buena. Que no me guste tu novio, no tiene nada que ver.-
-una muy mala.-.
cada vez que difiero con ella me sale con eso. ¡Es una bruja!

Poco a poco nos adentramos a la gran ciudad de RiverStein pasando por los característicos monumentos arquitectónicos de ultima generación, dejando atrás, pese a las criticas de muchos, la arquitectura clásica que hace décadas dominaba el entorno. Enormes rascacielos se erigen en el centro, compitiendo por ser el mas alto de todos, supongo que las teorías de Freud estarán muy presentes en este lugar. Acompañado por las siempre congestionadas calles, aun que hoy a decir verdad se encuentran bastante despejadas y pese a todo esto el viaje comienza a tornarse largo y aburrido ademas de un silencio incomodo que llena el lugar y Esmeralda que pese a su extrovertida personalidad no sale del trance en el que ha entrado desde hace rato, a lo cual no puedo evitar preguntarme que pasa por su cabeza. Lentamente me acerco y trato de volver a romper el hielo, usualmente unas cosquillas en el estomago suelen ser suficiente para hacerla estallar en carcajadas y restaurar su humor habitual, y sí, como siempre funciona, aun que no logro iniciar una conversación de nuevo pues el edificio que alberga nuestro departamento se alza orgulloso frente a nosotras, mostrando que años de abrocharse con fuerza el cinturón valieron la pena, porqué finalmente somos libres, aun que no por completo, ya que papá nos seguirá ayudando económicamente de este momento hasta que salgamos de
la carrera: comida, luz agua y teléfono ademas de las colegiaturas, supongo que terminara saliendo-le mas caro nuestra supuesta independencia.

Finalmente nosotras bajamos del taxi y de la cajuela las pocas maletas que empacamos, a decir verdad la mayor parte del contenido son disfraces que Esme suele usar para su carrera, el resto de la carga son unos cuantos cambios de ropa, y varios libros. Las demás cosas ya están en el departamento listas para desempacar e instalar, solo espero que no hayan roto nada, los hombrecillos esos de la mudanza no tenían una pinta muy confiable, parecían bandalos mas que trabajadores, sin embargo yo no pude poner objeción pues mi papá para cuando me di cuenta ya los había contratado y estaban subiendo las cosas al camión de mudanza.

-¿Señoritas, quieren que les ayude con sus maletas?.-menciona el taxista con cierto tono de flirteo.

El hombre muestra toda la condicionada amabilidad típica de su genero y por un momento considero rechazar su ayuda sin embargo creo que su intento de impresionar sera bastante útil. Y así en una extraordinaria muestra de fuerza física casi sobre humana, carga de golpe con 5 de las 6 maletas, y poco a poco camina hacia el quinto piso hasta llegar al departamento numero 52. El hombre, acabado, pone las maletas en el suelo y con evidente dolor en la espalda se re-acomoda a duras penas. Lo despachamos con un simple y sencillo gracias, lo cual pareció decepcionar-le un poco.

Y así finalmente llegamos a nuestro nuevo hogar, experimentando una libertad sin precedentes al igual que una enorme responsabilidad, empezando supongo por acomodar el todo.

*****

-oye Onee-chan y a que hora crees que vaya a llegar Miranda-San, es que dijo que nos ayudaría a organizar todo.-
-Supongo que ya debe estar en camino, hace rato le envié un mensaje al celular y me respondió que estaba en un examen muy difícil, y si ella lo dice es que realmente ha de ser un infierno.
-oh, entonces supongo que aun tardara un tiempo en llegar, por cierto, te ha dicho ¿por qué regreso de Londres a estudiar aquí?
- eh, ah es que no quiso renovar la beca.
-si pero ¿por qué no la renovó?, porque según ella había dicho antes de irse, que la universidad de Londres era una de las mejores del planeta.

-no la renové por que el ambiente haya no era tan agradable como el de aquí, perdonen la puerta estaba abierta.- Interrumpe Miranda, tomándonos por sorpresa.
-¡Konichiwa, Miranda-san!- exclama Esme mientras le da un afectivo abrazo a mi Miranda.
-Whoa! La invocaste-le expreso impresionada a Esme -.hola niña, te tardaste mucho- exclamo inocentemente, pero mi saludo es recibido por no precisamente la mirada que esperaba.
-¡Anna!
-E-este, ¿que pasa?.-
-¡idiota!, por culpa de tu mensaje me quitaron mi examen, voy a reprobar el parcial.-

-¿¡Que!?, idiota tú, ¿por qué no lo apagaste o lo pusiste en vibrador?-
-¡Ya te lo había dicho antes que tenia examen! Aah!-

la discusión rápidamente se disparo a lo que uno llamaría coloquial mente una pelea de sordos, palabras sin sentido salían de nuestras bocas ya no tan inocentes por semejantes palabrotas, aun que claro, todo en plan de broma . La discusión dura varios minutos más, sin embargo un peculiar pero muy conocido sonido que suena en la casa llama la atención, la corcholata que golpea al suelo.

-Onee-chan, Miranda-san hay que brindar por nuestro nuevo hogar.- interrumpe nuestra pequeña disputa con una cerveza en la mano.
-que niña, no llevamos ni una hora de vida independiente y ya rompes las reglas de papá.- digo con fingido fastidio.
-tu calla y disfruta la cerveza.- ordena Miranda, mientras va a la cocina a sacar otras dos cervezas
y sin más tomo la que me corresponde dejando de lado todo el fingido moralismo pues al final del día, yo hubiera sido la que recomendara brindar por nuestro nuevo hogar.

-¡Salud!-

Capitulo II:
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