La gente está bien emputada porque recién se dio a conocer la apariencia de Scarlett Johansson como Makoto Kusanagi. Las quejas son porque está interpretando a un personaje japonés, y ella de nipona pues no tiene nada.
Me extraña que se hayan enojado tanto. En primera, ¿por qué no hubo el mismo alboroto en las redes sociales cuando se anunció que ella sería la protagonista? ¿Por qué el revuelo cuando se presentó la foto?
En segunda, esta es una película estadounidense, hecha con capital estadounidense, para los estadounidenses. ¡Nunca hubieran puesto a una asiática en el papel principal! No es atrayente para el mercado estadounidense el que una película no sea protagonizada por una estrella de Hollywood. La película no va a ser barata, y requieren recuperar su inversión y que sea un filme rentable. Esto no tiene NADA que ver con racismo, es puro y simple negocio, algo que ya deberíamos entender todos, en este año 2016. Ademas, las productoras que hacen este tipo de películas en base a los gustos del consumidor. ¿No te gusta? Pues es tu culpa, ni pez.
Y en tercera, la raza de la actriz protagónica en esta película es el menor de los problemas. Rupert Sanders es el director, ni más ni menos. Sí, el director del bodrio de Blanca Nieves y el Cazador. Esperamos que ahora no trate de cosharse a la Scarlett, porque ella está muuuy por encima de su liga.