En un mundo cada vez más marcado por la diversidad y la aceptación en todos los frentes de la vida diaria, casos como el de Morgan McCormick resultan inspiradores para quienes, temerosos del escrutinio prejuicioso de ciertos sectores de la sociedad, aún ocultan sus preferencias o necesidades anhelando una salida.
Nacida en el cuerpo de un hombre pelirrojo, McCormick, de 22 años, comenzó a sentirse como una niña desde que tenía tres años de edad, lo que le condujo a un fuerte sentimiento de negación, así como a la proyección en personajes masculinos que quizá pudieran reafirmar su rol varonil.
Eso cambió cuando Perfect Dark para N64 fue lanzado, y donde yo jugaba como la contraparte femenina de James Bond, una pelirroja llamada Joanna. Cada que sentía odio por mi cuerpo, podía meterme en sus zapatos y disparar a la cabeza de mis problemas, sostiene McCormick, quien pudo perpetuar está práctica con títulos que permitían mayor libertad en el diseño de personaje y su toma de decisiones, nos referimos claro a RPGs como Star Wars: Knights of the Old Republic. Fui criada en un hogar geek que seguramente vio a mi papá presionar la panza de mi mamá contra el televisor cuando la transmitían [Star Wars] ( ) SW: KotOR básicamente te deja ser tan rudamente benévolo o rabiosamente Sith como lo desees, y gracias al sistema de creación de personajes, podías ser una chica en el proceso ( ) me veía como me sentía.
Morgan continuó cobijándose en videojuegos como Metal Gear Solid y Killer 7 durante años, hasta que gracias a un tratamiento clínico con estrógenos, por fin pudo convertirse en lo que tanto había deseado: una mujer, y una mujer jugadora, quien ahora pasa las tardes en compañía de su pareja mientras disfruta de Shadow of Destiny, Katamari Damacy, Dead Space y Saints Row 2.
Así que gracias, videojuegos, por hacerme compañía y permitirme atravesar esta tormenta de 22 años ( ) y por hacer de mi vida significativamente menos desagradable que la de mucha gente, concluye McCormick.
Al margen de las preferencias de Morgan, no cabe duda de que para muchos quienes jugamos, los videojuegos no sólo constituyen un pasatiempo apasionante, sino también un refugio cuando las cosas van mal. Es positivo darse cuenta que esta forma de popular entretenimiento también puede adoptar un rol así de importante en gente con verdaderas dificultades, sobre todo en el marco de un semestre plagado de malas noticias, como los motines en Londres y los atentados en Noruega, ambos, eventos arbitraria y erróneamente atribuidos a los videojuegos.
Aunque no existen datos concretos, estudios recientes sugieren que entre 2% y 13% de la población mundial es homosexual o ha tenido alguna práctica homosexual durante su vida.
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