BioWare: Kinect es el futuro de la narrativa interactiva

Las capacidades de Kinect aún dejan mucho que desear, faltó refinar la precisión de su sensor de movimiento, el reconocimiento de voz tergiversa palabras y en general, demuestra que es el primer experimento de Microsoft en llevar la experiencia envolvente un paso adelante. Pero las deficiencias son irrelevantes para Cadsey Hudson, célebre productor de Mass Effect, quien argumenta que esta tecnología se está convirtiendo en una herramienta esencial para un mayor nivel de interacción.

Con referencia a las anécdotas de BioWare, la implementación de controles por voz de Kinect en Mass Effect se dio casi por accidente, pues un programador estaba experimentando con la interfaz de desarrollo y se percató de lo sencillo que era crear la conexión de una acción en el juego, con un comando verbal.

La flexibilidad permitió que la gente del estudio comenzara a idear aplicaciones, concretándose en órdenes para compañeros de equipo dentro de la campaña, algo que según Hudson es una fortuna, ya que “mientras estás ocupado con el control, puedes usar la voz para dar una indicación que físicamente no sería posible, pues tus dedos están ocupados controlando a tu personaje”.

Es justo mencionar que acorde a las fallas de diseño de Kinect, estas órdenes por voz tienen mal desempeño y a veces es mejor recurrir al control tradicional, con tal de aumentar tu rendimiento en combate. Pero al margen de los problemas, para BioWare la principal virtud del aparato está en la atmósfera envolvente que da a la narrativa, “creando nuevas rutas mentales al interactuar con el juego, pues ya no se presionan botones para hablar, se usa la voz en una conversación, justo como sucede en la vida real”. Para Hudson agregar una capa más a la interacción es un punto focal en la evolución narrativa, ya que en ausencia de ese frío pedazo de plástico que usamos por control, la conversación toma un tono natural, mucho más orgánico.

Curiosamente no todo es miel sobre hojuelas para los también creadores de Dragon Age, pues consideran la tecnología una barrera en términos de control por sensor de movimiento, aunque admiten que hay mucho margen de potencial.