5 años después de que la policía matara a Andrew Finch, un joven de 28 años y padre de 2, la ciudad de Wichita finalmente ha acordado un acuerdo de $5 MDD con su familia. La muerte de Finch se produjo como consecuencia de una broma de swatting que fue informada por una apuesta de $1.50 USD en Call of Duty, y en la cual Finch no estaba involucrado. El triste incidente sacudió al mundo entero por ser el primer caso mortal de swatting en la historia de Estados Unidos.
El acuerdo se anunció la semana pasada después de una demanda civil contra Justin Rapp, el policía que disparó el arma en el incidente. Inicialmente los fiscales decidieron no presentar cargos contra el oficial de policía de Wichita; sin embargo, la familia de Finch presentó su propia demanda, la cual continuó gracias a un tribunal federal que desestimó los argumentos de inmunidad calificada de Rapp.
La noche en que Finch fue asesinado, los oficiales del SWAT llegaron a su casa después de que Tyler Barriss, un swatter infame con un historial de llamadas falsas, les informara sobre una situación violenta de rehenes que, por supuesto, era inventada.
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El incidente está relacionado con Call of Duty porque sucedió después de que 2 jugadores de Call of Duty: WWII ―Casey Viner y Shane Gaskil― se pelearan tras apostar $1.50 USD en una partida. Barriss le pidió a Gaskill su dirección con la intención de swatting, pero no recibió la dirección correcta. Según los registros judiciales, Gaskill le proporcionó intencionalmente una dirección falsa e incito a Barris a “intentar algo”.
Esto llevó a la policía hasta la casa de Finch, quien abrió la puerta completamente desarmado y sin tener idea de lo que estaba pasando. Después de abrir la puerta, Finch recibió un impacto de bala del arma que disparó Rapp. El policía argumentó que atacó al civil porque creía que iba a tomar un arma.
Después de este lamentable hecho que terminó con la vida de Finch, Barris fue sentenciado a 20 años en prisión. Por su parte, Viner recibió una sentencia de 15 meses y Gaskill fue puesto en libertad condicional. ¿Qué pasó con Rapp? Recibió un ascenso.
La práctica de swatting, en la que los delincuentes llaman a la policía y denuncian una amenaza falsa para provocar una respuesta policial masiva, ha sido un problema creciente en los últimos años. Además de la tragedia de Finch, ha habido numerosos casos de swatting en todo Estados Unidos, lo que ha llevado a la creación de nuevas leyes para penalizar a los infractores. Esperemos que se sigan tomando los pasos correctos para que esto no cobre más vidas.
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