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Primera entrega dual de la venerada saga estratégica de Intelligent Systems, Fire Emblem Fates carga sobre sus hombros altas expectativas después de que Awakening prácticamente salvara a la saga y redefiniera, en muchos sentidos, el concepto de la serie. ¿Está a la altura esta nueva entrada? Debemos decir que sí, gracias a la inclusión de nuevas dinámicas, una trama interesante que se desarrolla en múltiples perspectivas y, en el caso de la versión Conquest, en la que nos enfocaremos en esta reseña, por una tremenda dificultad que revivirá el interés de los más veteranos, mientras que la versión Birthright ofrece un reto razonable sin por eso perder calidad.
¿Está a la altura esta nueva entrada?
Fates ofrece, por primera vez, 2 versiones del juego para los fanáticos, al estilo de Pokémon y semejantes. La premisa es esencialmente la misma en ambos, pero el desarrollo es distinto. Tu protagonista es, a primera vista, un príncipe del lúgubre reino llamado Nohr, gobernado por el despiadado rey Garon. Toda tu vida la has pasado en una región remota, resguardado dentro de una torre. Tu familia son los príncipes de Nohr, Xander, Camilla, Leo y Elise, quienes te han protegido y amado desde pequeño. A continuación, ligerísimos spoilers de la trama [si quieres evitarlos, ve al siguiente párrafo]. Sin embargo, un día, durante una batalla con el reino vecino de Hoshido, una nación samurai, eres capturado y llevado con la reina Mikoto. Allí descubres que en realidad eres un príncipe raptado por Nohr después del asesinato de tu padre, el rey Sumeragi. Tras dicha revelación, volverás a encontrar a los príncipes de Nohr en el campo de batalla y tomar la decisión crucial de tu existencia: ¿Hoshido o Nohr? ¿Sangre o crianza? Pronto descubrirás que, independientemente de tu destino, lo que está en juego es la lucha entre los dragones primordiales, creadores y destructores del mundo de Fire Emblem, cuya sangre corre por tus venas y las de tus hermanos reales y adoptivos.
La versión Conquest del juego es el camino de la lealtad a Nohr y, básicamente, se trata de infiltrar dicho lúgubre reino (inspirado en la Edad Media europea) para redimirlo, mientras que la versión Birthright nos presenta el camino de Hoshido, una honorable nación oriental, que deberá resistir a las fuerzas de Garon. En cuanto a dificultad, Birthright es más amable no porque el diseño de escenarios sea excesivamente condescendiente, sino porque obtienes más experiencia y dinero cada vez que terminas una misión. En resumen: es la versión que la gente 'normal' debería jugar y, de hecho, es la más parecida a Awakening. Conquest, por su parte... es una locura. Las unidades suben de nivel muy lentamente, el dinero es escaso y los enemigos son inmisericordes, priorizando ante todo matar unidades para arruinar tu campaña a largo plazo. Más adelante detallaremos algunos retos que puedes encontrar en esta versión, pero verdaderamente está pensada para los fans duros de la estrategia portátil.
En cuanto a mecánicas de juego, Fates presenta pocas diferencias respecto a su predecesor al menos en el núcleo de la experiencia, es decir, el combate. Sigues al mando de un ejército en diversos mapas con objetivos estratégicos como matar a un general, apoderarte de una posición o defender una parte del mapa. Las clases y unidades son más o menos las mismas que en otras partes: guerreros, arqueros, caballeros, magos, piqueros, bardos/bailarinas, dragones, curanderos, con todas sus promociones y diferentes caminos. Dichas unidades se rigen por el clásico triángulo de Fire Emblem, en el que las espadas derrotan a las hachas, las hachas a las lanzas y las lanzas a las espadas. Una diferencia es que se retiró la durabilidad de las armas, ya no se rompen con el uso, y las armas más fuertes, como los niveles Steel, Silver o Brave, presentan penalizaciones como compensación por su elevado daño.
Como el protagonista tiene sangre de dragón en sus venas, ahora puedes jugarlo tanto como Lord o como Dragon, dependiendo de tu estilo de juego. Una nueva habilidad relacionada con lo anterior es el Dragon Vein: en casi cada mapa hay lugares donde es posible realizar acciones contextuales como quemar un puente, secar un lago, derretir hielo, etcétera. Dichas acciones son cruciales para tu éxito y, en muchos casos, determinan el curso de una batalla. Otra diferencia relacionada con tu personaje es que Fates introdujo, en lugar del mapa de mundo, tu propia Fortaleza en la que puedes crear una base, establecer tiendas, interactuar con tus aliados e incluso jugar invasiones. Nuevos edificios como restaurantes para modificar los stats de tus personajes antes de la batalla o el templo de la chica dragón Lilith son algunas de las novedades. Asimismo, puedes cambiar tu apariencia en tus habitaciones personales e incluso invitar personajes para crear relaciones de apoyo inmediatamente entre ellos y tu protagonista; como en otras ocasiones, esto te permitirá casar a tus personajes y tener hijos. En resumen, permanece íntegro el sistema de juego de otras entregas en sus mejores partes, pero también fue mejorado con nuevos añadidos para dar interés a esta entrega.
En cuanto a la experiencia de juego, Conquest es un cambio de ritmo completo respecto a Awakening. De hecho, los fans de Awakening deberían mejor comprar la versión Birthright porque es la que más se parece a dicha entrega. Conquest... es francamente brutal, inmisericorde. El infame capítulo 10, por ejemplo, te dejará traumatizado: una horrible misión en la que básicamente eres como los alemanes durante el día D, intentando repeler olas y olas de enemigos sin fin. El escenario es tan difícil, que pasarlo sin que muera alguien es un logro en verdad; la cantidad de enemigos de todo tipo es apabullante y debes recurrir a medidas muy desesperadas como promocionar a tus unidades en el campo de batalla. Lo que recomiendo es intentar pasar todos los escenarios anteriores sin perder soldados, porque cada unidad y, en especial cada soldado promocionado, puede cambiar completamente la experiencia: yo había perdido porque no promocioné adecuadamente a una campesina para volverla arquera y que ayudara a manejar la balista en dicho escenario. En resumen, Conquest es un reto excesivo, sólo recomendable para los verdaderos apasionados del juego, pero justo por ello debemos aplaudirlo: en lugar de hacer simples versiones 'fácil' y 'difícil', Intelligent Systems se dio a la tarea de hacer la versión para gente cuerda y la versión para maniáticos, lo cual hace las cosas muy interesantes.
Los fans de Awakening deberían comprar la versión Birthright
En contraste con estas diferencias, Fates sigue plenamente la línea de Awakening en cuanto a diseño visual, con uso de sprites para la vista de lejos, modelos tridimensionales un poco low-poly para los encuentros y el hermoso arte de Yūsuke Kozaki para las viñetas de diálogo y cinemas full motion video. El resultado es digno de su predecesor y será difícil superar una dirección visual tan sólida para la franquicia. La música, aunque no excepcional, es absolutamente perfecta para las batallas y, eventualmente, se quedará en tu cabeza a fuerza de repetición, pero nunca cansa.
Debemos dedicar un párrafo al espinoso tema de la 'localización', es decir, no solamente el mero trabajo de traducción sino de aclimatar el juego al gusto occidental. Nos referimos al hecho de que Nintendo removió diálogos e incluso mecánicas enteras como la capacidad de acariciar personajes con el stylus, salvo en el caso de haberte casado con dicho personaje. En este aspecto, deploro esta decisión al menos en cuanto a las mecánicas de skinshipping, pues quitan características al título y son resultado del rancio puritanismo ochentero de Nintendo of America. Otros cambios son comprensibles: por ejemplo, hacer ciertos ajustes en la traducción para que sea más natural y fluida en lugar de leerse como un horrible scanlation o como una guía de gramática japonesa. Por último, hay cambios de idiosincrasia que por el momento es difícil juzgar hasta que se haga la comparación completa entre las 2 versiones; por ejemplo, casi todos los Fire Emblem han sido cambiados drásticamente para dar un tono más épico, estoico y masculino a sus delicados protagonistas. En fin: quien quiera la experiencia pura de Fates no le queda más que comenzar a aprender 2500 kanjis y leer la gramática de Tae Kim para tener, en 5 años, la posibilidad de entender el matiz que alguna partícula del japonés daba a su diálogo favorito.
Fire Emblem Fates es una grata sorpresa. Podría resumirse como lo mejor de 2 mundos: nuevas mecánicas y accesibilidad combinados con un nivel de reto muy aceptable en la versión "fácil" e infernal en la versión difícil. Es una entrega muy equilibrada, con una dirección sumamente cuidada tanto en arte como en historia. Ciertamente, hay cosas en las que no supera a Awakening, como la ausencia de un Lord como Chrom y Lucina, que daban tanta personalidad al juego y lo hacían tan memorable. Pero definitivamente se compensa esta menor iconicidad con una propuesta mucho más profunda, diversos caminos y retos estratégicos para el veterano. En resumen, Fire Emblem Fates es quizás uno de los últimos destellos del 3DS y una entrega que, si bien no hará época como Awakening, es un muy necesario retorno a los lanzamientos de calidad por parte de Nintendo. Elijas el destino que elijas, conquista o herencia, no puedes equivocarte con este juego.
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