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La muerte es algo inevitable, muchos tenemos miedo a encontrarla, sobre todo en etapas tempranas de nuestra vida, pero también hay temor y la ansiedad por experimentarla de otra forma, diciendo adiós o hasta pronto a un ser querido o a una mascota. Por estadística y probabilidad, muchos miembros de las generaciones vinculadas con el ascenso de los videojuegos la experimentaremos, o ya lo hicimos, de la segunda forma. Curiosamente, la muerte es presencia constante en esta forma de entretenimiento, a veces como algo divertido, algo heroico y solemne y otras como algo dramático. Sin embargo, en pocas ocasiones un juego es capaz de dar al clavo en nuestras emociones y recordarnos que en algún momento tendremos que decir adiós y aprender lo que eso significa. Justo uno de esos juegos es Spiritfarer.
Thunder Lotus Games y Spiritfarer: una agradable sorpresa
Cuando recibí la comunicación por parte del representante de la agencia que promociona Spiritfarer en nuestra región, mi primera idea fue dejar pasar la oportunidad por la carga de trabajo y una situación personal, pese a esto, decidí revisar el tipo de propuesta que el juego manejaba y bastó con ver el trailer para que tuviera mi atención. Hasta ese momento, no sabía más de Spiritfarer que lo que había mencionado Pedro Cesari en un artículo de inicios de año quien, como gran analista, pronosticaba de forma atinada las joyas ocultas que vería este 2020. Fue entonces cuando decidí empezar la labor de investigación para ubicarme. Así conocí el trabajo de Thunder Lotus Games, estudio canadiense con sede en Montreal que se ha hecho de un nombre en varias escenas de la industria gracias a que, como ellos lo dicen, hacen juegos de estilo AAA con alma de indie.
Esto me llevó a conocer títulos como Sundered, inspirado en el horror de H.P. Lovecraft y Jotun, título formado a partir de la mitología nórdica. Cada juego mostraba un estilo de arte dibujado a mano y un acercamiento a géneros como metroidvania, roguelike, la exploración y la aventura, pero manejados para que sirvieran como representantes de la identidad del estudio canadiense. Las reseñas y calificaciones de ambos juegos auguraban una buena experiencia construida en torno a Spiritfarer, así que la motivación fue suficiente para ponerme a navegar en sus aguas y territorios, esta vez inspirados en la concepción de la muerte y el más allá de la cultura griega, en específico sobre aquel paso hacia el mundo de los muertos que tenía lugar en los ríos Estigia, Flegetonte, Lete, Aqueronte y Cocito con espíritus transportados, en algunos casos, por Caronte, el barquero del Hades o sea el mundo de los muertos.
Stella y el extraño reconocimiento que le dio la vida
Hasta ahora es probable que imagines que Spiritfarer puede ser una experiencia con un estilo de arte épico y con vestigios de la Grecia Antigua, pero no es así, pues Thunder Lotus prefirió cubrir el dolor más profundo con una imagen caricaturesca, amigable y tierna que, guardando la debida proporción, llega a coquetear con el trabajo de Studio Ghibli, una de sus inspiraciones. Sí, Spiritfarer es cruel desde su mismo origen, pero eso todavía no lo sabrás, pues de inmediato el juego te da la bienvenida con los protagonistas de esta historia, Stella y su fiel gato, Daffodil, quienes después de un largo sueño despiertan en la entrada de la Everdoor, lugar donde aquellos que van a morir pasan hacia otro plano, otra vida, otra dimensión o como gustes llamarle.
La responsabilidad de ser un Spiritfarer, algo que Stella se ganó
Ahí, nuestros personajes conocen a Charon, Caronte para la cultura griega, un espíritu encargado del barco que transporta a quienes están por dejar este mundo. Lamentablemente, este espíritu guía ya está cansado y si ha pedido la llegada de Stella ha sido porque ahora ella será la encargada de transportar a las personas en este inevitable viaje, a partir de ese momento, ella es la Spiritfarer. Es muy difícil hablar sobre la historia de Spiritfarer sin caer en spoilers, así que considero que basta con que sepas que Stella se ganó este lugar gracias a su labor como enfermera de pacientes seriamente enfermos, a quienes cuidó en sus momentos finales y a quienes trató de dar una calidad de vida y un trato digno hasta el último momento.
Ya con la responsabilidad de ser la Spiritfarer, Stella emprenderá un viaje en altamar en un ferri que la llevará a recoger a quienes están por despedirse para llevarlos a la Everdoor y ayudarlos a pasar hacia ese otro lugar bajo esa idea inseparable de las sociedades y las culturas de que hay algo más allá de la muerte. Spiritfarer es honesto y desde el primer momento sabes la razón por la que recoges a ciertos personajes y les das un lugar en tu embarcación, incluso ellos te reconocen al instante y saben que ha llegado el momento. En el mundo de Spiritfarer, los vivos se presentan como iguales, interesante perspectiva, pero una vez que aquellos que tienen que abordar el ferri de Stella lo hacen, se transformarán en lo que fueron en vida, en este caso, como una representación humana en la forma de un animal con historias distintas que hay que reconstruir, con todo y sus momentos felices y tristes, de emoción y traumáticos, pues no hay más tiempo y nada se puede quedar atrás en el camino a la Everdoor.
El hermoso arte que esconde el dolor más profundo
Siguiendo el estilo que está forjando la historia de Thunder Lotus Games, Spiritfarer presenta un apartado visual dibujado a mano y encantador desde todas sus perspectivas. Si bien el tema que aborda el juego no es fácil pues remite a emociones que muchas veces preferimos guardar o hacer como que las olvidamos, bastará con pasar los primeros minutos en este mundo para sucumbir ante cada trazo y abstracción, ante cada detalle y símbolo que tienen una razón de ser y estar ahí. Como mencioné, Spiritfarer inspira su arte en el trabajo histórico de Studio Ghibli, pero logra que esto se presente como simple inspiración para dar paso a su propia identidad, a algo que no te remitirá más que al juego mismo.
Thunder Lotus muestra un excelente manejo de la abstracción
Spiritfarer apuesta por la abstracción en distintos niveles, pero cada detalle denota la mayor de las atenciones, desde lo más básico como el fuego ardiendo en un horno, la fuerza con que arrancas una zanahoria de tu pequeño huerto, las expresiones de alegría o tristeza de tus tripulantes, hasta lo más representativo, como los destellos de luz al salir el sol, el asomo de la luna al entrar la noche e incluso hasta lo más sublime, como la contemplación de un inesperado eclipse de sol en altamar que no solo te deja admirar la representación del fenómeno natural, sino que te permite ver las estrellas y cometas que se esconden en el espacio.
No cabe duda que Thunder Lotus Games saber jugar perfectamente con sus potenciales y limitantes, pues Spiritfarer es un juego 2D, pero en términos visuales es capaz de brindar un espectáculo cual producción AAA. Algo que me dejó impresionado fue el manejo de lo abstracto, de lo simbólico, los viajes en altamar no son más que una abstracción pues no hay un horizonte, pero los detalles, el paso del tiempo y todo lo que sucede de un punto A a un punto B te hacen sentir que estás en ese juego de mundo abierto en 3D que te invita a recorrer cada espacio. El mundo de Spiritfarer, pese a ser sencillo, se siente vivo y cada isla que visitas en él tiene una identidad, una razón y una conexión con todo lo que sucede.
Claro está que una propuesta de este tipo no sería nada sin el sonido y de nueva cuenta, Thunder Lotus apuesta por lo sencillo pero adecuado, por esos ruidos propios de una embarcación, por esos sonidos suficientes para saber si nuestros tripulantes están tristes, felices o si necesitan algo; con una selección simple de sonidos, Spiritfarer es capaz de crear un ambiente que refleja su profundidad. Mención aparte merecen los pocos, pero emotivos temas musicales que te acompañan en cada momento y que reflejan de manera magistral lo que está sucediendo. Hay temas que remiten a este carácter aventurero y los momentos divertidos que promueve el juego, pero hay otros que reflejan la soledad, la melancolía y la tristeza porque el fin del camino está cerca. Definitivamente, la integración del arte y el sonido con el diseño y mecánicas de Spiritfarer es algo asombroso.
En términos visuales, Spiritfarer fluye bien, aunque de vez en cuando te encontrarás con una inexplicable ralentización en sus animaciones, sobre todo en aquellos espacios destinados al juego de plataformas. Asimismo, hay veces en que la abstracción y sencillez de su apartado visual te jugarán una mala pasada respecto a donde puedes o no pisar y habrá veces en que el lugar en que se encuentran Daffodil o tus huéspedes coincida con una puerta o un lugar donde hay que recoger o activar algo, por lo que tendrás que esperar a que termine ese breve abrazo que suele dar Stella.
Una travesía llena de diversión, descubrimiento y tristeza
Al iniciar la aventura de la mano de Stella y Daffodil y una vez que ya ejerzas como Spiritfarer,tendrás el acercamiento con las sencillas, aunque variadas, mecánicas de juego. Spiritfarer es descrito por Thunder Lotus como un juego de "gestión de la muerte", así que lo primero que hay que considerar es que se trata de un título cuyo enfoque está en la simulación, la generación, manipulación y gestión de recursos para poder avanzar y seguir con la historia. Como guía de estos personajes que están por partir, tu deber es atenderlos, darles una bienvenida cálida a tu ferri y brindarles una última experiencia buena antes de dirigirse a la Everdoor. Para cumplir con esta encomienda, Charon te ha otorgado, en tu calidad como la nueva Spiritfarer, la Everlight, esencia y energía capaz de transformarse en todo lo que se necesite en determinado momento y prácticamente lo que te permite interactuar con este mundo.
El sistema de progresión de Spiritfarer es sencillo, nada complicado, pero eso sí, muy bien logrado, integrado y desarrollado con los eventos del juego, y es que este título de Thunder Lotus se mueve dentro de un esquema básico: recoger a quienes están por dejar el mundo, algunos se te presentarán de forma directa mientras que a otros hay que encontrarlos en el camino, atenderlos durante su último viaje, hacerlos sentir bien, abrazarlos cuando se sientan tristes o nostálgicos, cumplir con sus peticiones importantes y llevarlos a la Everdoor cuando sea el momento. Este proceso se repite durante todo el juego, pero la riqueza está en los detalles y en esa analogía de vida y muerte que el equipo canadiense logró implementar de forma magistral, pues lo importante no es el inicio, ni el final, sino todo lo que sucede entre ambos puntos.
Por citar un ejemplo, veamos lo que pasa con Gwen y Atul, una aristócrata y un trabajador con talento excelso para la construcción, ambos familiares de Stella. De inicio, Gwen no come cualquier cosa pues toda su vida fue una dama de alcurnia, así que tendrás que ofrecerle platillos elaborados, no puedes darle las primeras moras que te encuentres en el camino pues no las va a aceptar y su medidor de ánimo descenderá. ¿Qué hay qué hacer? Pues pescar para encontrar camarones y los más robustos pescados que puede dar el mar, sembrar y cosechar cereales, verduras y otro tipo de complementos para cocinarlos y ofrecerlos como un platillo atractivo. En el caso de Atul no es tan complicado, pues come de todo, pero uno de sus platillos favoritos durante toda su vida fue el pollo frito y sí, encontrar carne de pollo no es difícil, pero al meterla en el horno obtendrás un pollo asado y él lo quiere frito. ¿Cómo lo solucionas? Con aceite, pero ¿cómo haces el aceite? Pues sembrando girasoles para obtener sus semillas y usarlas para poder darle al tío Atul su pollo frito, y es que, como mencioné antes, Spiritfarer aprovecha muy bien la abstracción en distintos niveles, por lo que hay elementos que tienen presencia completa durante la aventura y otros que solo son simbólicos pero igual de curiosos e interesantes.
De igual manera, y señalando la centralidad que tiene el sistema de progresión y el variado árbol de opciones con que cuenta Spiritfarer, su propuesta de gestión te llevará a atender esas pistas que el mundo y los personajes te brindan para crear todo lo que necesitas para seguir avanzando. Tus huéspedes necesitan cuartos, habrá que conseguir los materiales necesarios para construirlos. Las mejoras de tu ferri requerirán ciertos tipos de metal y madera, por lo que habrá que talar árboles y picar piedras para obtener minerales, pero eso no es todo, pues es solo un insumo, de manera que tendrás que instalar una carpintería para cortar esa madera y una fundidora para conseguir tus hojas de acero o aluminio. Misma situación con la comida, los vegetales, los textiles y prácticamente todo lo que se necesita para cumplir con los objetivos y seguir avanzando.
Spiritfarer apuesta por elementos básicos de distintos géneros y logra su cometido
Siendo congruente con su propuesta de gestión, es en ella donde Spiritfarer encuentra su mecánica general, pero al mismo tiempo, y siguiendo esa línea de la abstracción y de lograr una gran propuesta con elementos sencillos, el juego resulta ser un compendio que retoma mecánicas de otros géneros y las presenta en porciones breves, pero divertidas, a manera de minijuegos. Cuando necesita ser un juego de plataformas, lo es de la forma más sencilla; misma situación cuando retoma la raíz de backtracking de un Metroidvania o si le toca ser un puzzle, para acomodar todas las construcciones que quieres para tu ferri. Si requiere ser un juego de habilidad y destreza, Spiritfarer lo es y lo mejor es que en ningún momento es pretencioso, al contrario, con toda libertad, Thunder Lotus tomó los elementos básicos de distintos géneros y los adecuó a su propuesta para darles una identidad propia y justiticarlos con el desarrollo de la historia.
Hay mucho por hablar de Spiritfarer, pues el juego es basto en su sencillez, pero esta reseña no aborda más que un mínimo porcentaje de esta grata experiencia pues, como señalé, la riqueza está en los detalles, analogía muy bien lograda, pues tenemos por seguro un inicio y un final, pero lo que importa es lo que sucede mientras nos trasladamos de un punto a otro, ya sea en un videojuego o en nuestras vidas reales. Aún cuando sus elementos son fácilmente ubicables, el equipo de desarrollo los integró de forma atinada para que esta aventura no te abrume, ni te aburra, pues siempre hay algo qué hacer, un lugar desconocido por visitar donde seguramente hay insumos y materiales para crear e historias por conocer. Islas llenas de diversidad visual, en donde podremos hablar con algunos de sus visitantes quienes podrían simplemente saludar o contarnos que la están pasando mal, Spiritfarer sucede en cada mínimo espacio y detalle.
Y es que no había de otra, pues Spiritfarer dura, cuando menos, 30 horas y si te obsesionas con obtener todo seguramente te llevarás más allá de las 40. Desde que me hicieron el ofrecimiento para reseñarlo, decidí hacerlo en Switch, pues es obvio que un juego de este tipo se disfruta más en la consola híbrida, de ahí que la travesía de Stella acompañara mis noches y algunas salidas. Precisamente, uno de los mayores aciertos es que es libre de consumirse, puedes perderte por horas explorando, gestionando, descubriendo secretos y demás, o puedes dedicarle una breve sesión para pasar de una isla a otra, atender a tus huéspedes, verificar que todo esté en orden y regresar después, pues al final, Spiritfarer estará esperando.
Lo difícil que es terminar y aprender a decir adiós
Definitivamente, Spiritfarer ha sido una de las sorpresas más agradables del año y su bajo perfil no es pretexto para no darle una oportunidad. Pocas veces es posible encontrarse con un juego con todos sus elementos bien integrados y este es uno de esos casos pues nada se siente fuera de lugar. En su sencillez, el juego presenta diversión y tristeza profundas con una propuesta ampliamente disfrutable.
Puede que la decisión de Thunder Lotus en cuanto al tema sea con plena alevosía y ventaja, pues Spiritfarer da justo donde duele, y sí, es posible que te haya conmovido el sacrificio de Dom o el asesinato de la hija de Joel, pero al final la invasión de los Locust y el brote del Cordyceps no existen. En cambio, es probable que hayas acompañado a alguien, una persona querida o una mascota, en los momentos previos a su partida y eso, para bien o para mal, sí existe y Spiritfarer nos recuerda que ya vivimos o viviremos nuestra propia travesía para aprender a decir adiós.
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