Editorial: Gaming / Facebook / Twitter / YouTube / Instagram / Noticias / Discord / Foros
/ Telegram / WhatsApp

Los juegos de farming y simulación social se han vuelto muy populares gracias a títulos como Animal Crossing, Stardew Valley y Terraria, y muchos desarrolladores independientes se subieron a ese tren. ¿Y qué decir de los que siguen la fórmula de los Zelda en 2D? En los últimos años también hemos recibido varios, pero lo que no habíamos visto es que ambos conceptos se juntaran para crear algo diferente.

Lonesome Village lo hizo, a pesar de que la línea entre originalidad y calca a veces es borrosa en este título, logra entregar una combinación de calidez, belleza, ternura y diversión con muchos retos y que te motiva a seguir jugándolo por horas.

Todas las reseñas que verás y todos los conocidos que te platiquen de este juego te dirán que es como si Animal Crossing y Zelda tuvieran un hijo, y es que es una buena manera de describirlo. En él, tomamos el rol de Wes, un lindo coyote que tiene una misión: reconstruir su pueblo y liberar a los habitantes fueron atrapados en una torre.

¿Cómo los liberamos? En cada piso tenemos que resolver un acertijo para que su espíritu regrese a la realidad y puedan volver a hacer su vida como antes. En la gran mayoría de la aventura tenemos que hacer esto, pero es importante que, una vez que estén en el pueblo, vayamos a hablar con ellos y ayudarlos con algunas tareas.

Esto es porque, de una manera inteligente, Lonesome Village nos pone unos pequeños topes para que hagamos algo más que resolver acertijos y pasárnosla todo el tiempo en la torre. Cada vez que queramos subir un piso, un letrero nos indica cuántos corazones necesitamos para pasar.

Para aumentar la cantidad de corazones que portamos, es necesario ayudar a los animales que poco a poco regresan al pueblo. Estas misiones pueden ser desde conseguirles una flor para decorar, reparar el molino de la ciudad o hasta construirles algo. Al final muchas tareas piden casi lo mismo, pero son una gran manera de hacer entretenido el tiempo que pasemos en la torre.

En algunas ocasiones, necesitaremos algo más que corazones para seguir avanzando en la torre. A veces nos piden que dejemos una ofrenda en un altar para que la puerta se abra, y para conseguir algún objeto requerido, igualmente tendremos que hablar con los habitantes. La diferencia es que aquí te piden cosas más raras, lo que motiva a que explores zonas alejadas al pueblo.

Esta mecánica de conseguir corazones y los objetos necesarios para la ofrenda me hizo pensar en Zelda, pero específicamente en Link’s Awakening, pues ahí constantemente buscamos personajes para hacer intercambios y avanzar. En general, a pesar de que Lonesome Village tiene elementos de simulador, de los que hablaré después, se parece mucho más a la franquicia de Link y compañía.

Lo digo porque el mayor atractivo del juego son los acertijos. Estoy impresionado y agradecido de que son más de 30 y ninguno se repite o recicla. Hay algunos que son habituales en los títulos de Zelda, y otros comunes de algunos juegos móviles, pero aún así son muy divertidos y adictivos.

Están los típicos como mover cajas para aplastar un botón o alinear los tubos para que el agua pase, pero hay otros que me sorprende no ver en más entregas, pues en Lonesome Village quedan muy bien. Muchos me hicieron sentir como Einstein cuando los descifraba, porque pueden ser muy complicados, y otros de plano me llevaron a checar una guía. Casi siempre es claro lo que tenemos que hacer, pero otras veces tenemos que experimentar.

La mayoría son cortos y no tardan más de 5 o 10 minutos en resolverse, por lo que el flujo del juego es constante y agradable. Esto, y que ningún acertijo se recicla, hace que jamás sintamos que el juego se vuelve repetitivo o cansado, incluso el tiempo se pasa rápido.

Otro punto que ayuda a esto es que bien podríamos hacer todos los acertijos en una sentada, pero que la gente en Ogre Pixel haya decidido integrar la mecánica de los corazones y de las ofrendas nos obliga a salir constantemente de la torre a ver a todas las zonas explorables y los animales que has rescatado.

La gran mayoría nos dan un corazón por el simple hecho de liberarlos, pero cada uno puede dar hasta 3 por hacerle más favores. Lo que recomiendo es juntar la mayor cantidad de corazones antes de volver a la torre. Así, pasamos una parte equitativa en las mazmorras y en el pueblo, y evitamos estar yendo y viniendo cada 5 minutos.

Los animales que rescatamos tienen otras funciones además de darnos su amor. Algunos son dueños de tiendas, está el que vende joyería, o el que fabrica muebles e incluso la que nos vende las semillas de las flores para cultivarlas. Es en este tipo de detalles en donde está más presente la parte de simulador y juego de farming.

Algunos objetos que compramos, fabricamos o cultivamos ayudan a seguir adelante con la historia, pero otros son puramente estéticos, pues podemos decorar nuestra casa e incluso a nuestro coyotito. Igualmente, podemos sacudir los árboles para conseguir fruta, dinero y materia prima, y también excavar para conseguir lo mismo. Esto hace que en Lonesome Village constantemente interactuemos con todo lo que vemos y lo que nos rodea.

Como dije, hay más zonas además del pueblo; también está el bosque, la playa, el desierto, el pantano, la montaña y la jungla. En cada área viven diferentes animales y en ellas encontramos más tiendas, vegetación, secretos y coleccionables. Descubrir lo que tiene cada uno nos hace sentir como un verdadero trotamundos y aventurero, y depende de nosotros si vamos sólo por un objetivo o si pasamos mucho tiempo en cada lugar.

En el apartado más parecido al de los simuladores, Lonesome Village no termina por adentrarse mucho. Podemos pescar, cultivar, construir y comprar accesorios e incluso hay un sistema de día y noche, pero no hay tantos, al menos para la historia. Al tener acertijos tan divertidos y una exploración amplia, a veces lo que menos queremos es sembrar flores o hacer una mesa para tu casa.

En lugar de intentar que ambas caras de la moneda brillen por igual, aprovechar el simulador depende más de lo que hagamos cada quien como jugador. Yo, como fan de ambos tipos de juegos, disfruté los acertijos y el farmeo, pero no por igual. Estar en la torre, desbloquear las áreas del mapa y conseguir objetos esenciales fueron partes de la aventura que se llevaron de calle cosas como cultivar, pescar y demás.

Ni siquiera me voy tan lejos a ejemplos más viejos o populares, pues creo que títulos como Bear & Breakfast son mucho más amplios en este apartado, sobre todo porque a veces en Lonesome Village es limitado lo que podemos hacer. Por ejemplo, otro detalle que de plano me molestó es el poco espacio en el repertorio, sobre todo porque debemos intercambiar y recoger objetos constantemente, y muchas veces ya no me cabía nada.

Aún así, si eres fan de este tipo de juegos más tranquilos y relajados, te tengo buenas noticias. Una vez que liberamos a todos los vecinos, desbloqueado todas las áreas y terminado con el jefe final, la experiencia no termina; ya que podemos completar los favores y conseguir los coleccionables que faltaron.

Esto hace que Lonesome Village se alargue más allá de las 6 u 8 horas que tardemos en terminarlo. Cuando terminé la campaña, noté que aún me faltaban completar tareas y conocer vecinos, así que podemos hacerlo antes de enfrentar al jefe final o ya después de pasarlo. Creo que es en el after game en donde la parte de simulador puede explotarse más, aunque tampoco por mucho tiempo.

En cuanto al apartado técnico y artístico, puedo decir que este juego se distingue muchísimo, pues sus personajes, paisajes, objetos y animaciones son únicas y extremadamente tiernas. Sólo noté que en las cinemáticas el movimiento se ve un poco cortado, pero son pocas, así que la mayoría del tiempo mis ojos la pasaron increíble.

Entonces, mis únicas quejas son: que la simulación es un poco limitada, las cinemáticas poco pulidas, lo limitado del inventario y Coronya, la acompañante. Lonesome Village se inspiró en varias cosillas de Zelda, pero no tuvieron que copiar lo molesto que son algunos personajes como Navi o Fi. A pesar de que no aparece tanto, Coronya, nuestra guía, jamás dice algo relevante y siempre repite lo que nos acaban de decir.

Algunas veces aparece sin que se lo pidamos, y en otras ocasiones, se muestra un ícono en el repertorio que indica que quiere hablar con nosotros. Cuando lo seleccionamos, sale a decir la tontería más grande del mundo. Es bastante molesta, y podríamos ignorar el símbolo, pero si eres una persona compulsiva como yo, abrirás sus mensajes y constantemente te hará pegar corajes.

Fuera de eso, Lonesome Village es una grata sorpresa de parte de un estudio que no tiene miedo de inspirarse en otros títulos y agregarle su toque. Ogre Pixel es orgullosamente mexicano, y me parece que hizo muy bien en dejar detalles únicos de nuestro país en su juego (como una bandera decorativa de México y un personaje Ajolote con vestido de china poblana) sin abusar.

Los acertijos son algo que cualquier jugador disfrutará muchísimo, sin importar si es fan de Zelda. La exploración, aunque no es tan amplia como en otras entregas de aventura y acción, hace un gran trabajo para que nos perdamos con gusto entre sus zonas, y la simulación y farmeo, aunque puede mejorar, es suficiente para que por momentos descansemos de los retos y nos relajemos.

Si buscas un juego que sea un balance perfecto entre retador y tranquilo, no lo hagas más, pues Lonesome Village es la respuesta. Si esperas algo que supere las 1000 horas que has invertido en Animal Crossing: New Horizons, A Link To The Past o Stardew Valley, ahí sí te decepcionarás. Pero bueno, lo importante es que cumple.