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No saben cuánto agradezco que Super Monkey Ball siga existiendo. Es una franquicia que parece no tener cupo en una industria donde cada vez hay menos espacio para propuestas extrañas y de corte arcade, en especial, en el ámbito de los distribuidores AAA.
Sé que estoy exagerando, pero a veces se siente como si existiera esta idea de que, si no eres un juego como servicio que puede monetizar hasta que el colapso medioambiental termine con todo, entonces no le sirves a una gran empresa. ¿Juegos como servicio? ¿Juego siempre online? ¿Pases de Batalla? ¿Microtransacciones? ¿Qué es eso? Yo sólo quiero ser un chango y rodar.
Por suerte, SEGA entiende esto a la perfección y Super Monkey Ball regresó con Banana Rumble, un título que se dedica a entregar la esencia de esa experiencia arcade que nos enamoró hace más de 20 años, pero con algunos experimentos que quieren traerlo a la era moderna. El resultado es un Super Monkey Ball que tiene el alma de un Super Monkey Ball, sin ser perfecto.
Soy una bolita y ruedo
Banana Rumble es un juego donde el fruto no cayó muy lejos del árbol. Es evidente que SEGA hizo un esfuerzo claro por presentar algunos detalles que lleven la serie a otro nivel, pero el alma del juego sigue siendo la misma. Es decir, todo se trata sobre ser un mono en una bola transparente al que hay que guiar hasta la meta. Si suena sencillo es porque lo es: Super Monkey Ball Banana Rumble es un juego que cualquiera puede disfrutar, pero eso no significa que todos puedan dominarlo. A lo que voy es a que también hay mucha diversión en completar los niveles en el menor tiempo posible, consiguiendo todos los objetos que están en él o una combinación de las 2.
Lo que hace que Super Monkey Ball Banana Rumble sea tan entretenido como el resto de la saga son estas mecánicas de juego distribuidas en niveles aparentemente sencillos, pero diseñados para poner a prueba tu coordinación y reflejos. El reto con Super Monkey Ball no es controlar al changuito en su bola de gachapon, sino el tablero como si fuera uno de esos juegos de meter la pelota en los agujeros que venden en los mercados. A partir de esta idea, Banana Rumble presenta una cantidad inmensa de niveles (son 200) con ideas que van evolucionando para presentar retos cada vez más complejos y emocionantes.
Eso sí: Super Monkey Ball Banana Rumble es prueba de que una realidad de la vida es que la cantidad suele estar peleada con la calidad. La mayoría de los niveles está bien hecho y presenta, aunque sea, un detalle para que todos sean entretenidos y rejugables, pero algunos escenarios pecan de sencillos al grado de ser soporíferos y otros presentan retos que rayan en lo tedioso. Más allá de esta queja, lo importante es que encontrarás una colección de niveles muy sólida y con un alto nivel de rejugabilidad. Cuando compras un Super Monkey Ball lo haces pensando en pasar sus niveles una y otra vez, y justamente eso encontrarás en Banana Rumble.
Ahora bien, los niveles no son los únicos protagonistas de Super Monkey Ball Banana Rumble. De hecho, hay 2 elementos importantes que tal vez no le encantarán a los puristas de la franquicia, pero que le sientan bien. La primera es que tiene físicas que se acercan más a las de Banana Mania (2021) que a las de las entregas originales, lo que se traduce en un juego con menos peso e impacto. Si bien puede parecer algo negativo, esta física es la adecuada para lo que propone Banana Rumble, pues los escenarios están pensados para que se sientan de esta manera. También está un nuevo movimiento de carga que te permite salir disparado a alta velocidad, lo que cambia la manera en la que enfrentas los niveles. Esto permite utilizarlo para dar enormes saltos de fe y esperar a terminar los niveles en cuestión de segundos. Lo que es una lástima es que se queda como un elemento poco utilizado por el juego, y en realidad puedes terminarlo sin utilizarlo. Creo que sería mejor si pudiera usarse de forma orgánica en los escenarios, en lugar de ser algo con lo que el jugador tenga que experimentar. Eso sí, por más purista que seas, te recomiendo que abras la mente y te familiarices con este movimiento porque te permitirá pasar algunos niveles de una forma que te llenará la cabeza de adrenalina.
Otro tema que quiero tratar es el apartado gráfico. Se nota que SEGA realmente se esforzó para que Super Monkey Ball Banana Rumble sea un juego atractivo para la mirada. Su estética respeta el alma de los juegos originales de GameCube, pero está retocada para no desentonar con otros lanzamientos actuales. Además, la música tiene grandes temas, por lo que seguramente te sorprenderás tarareando alguno de ellos. Desafortunadamente, el diablo está en los detalles y hay algo en la presentación de Banana Rumble que no termina de convencerme. Es un juego muy bonito, esa falta de atención al detalle en los efectos especiales le impide marcar la diferencia. Por ejemplo, si estoy siendo un mono pesado como GonGon, quiero que al caer de una gran altura se note mi peso; quiero que dar un enorme salto tras salir disparado se sienta como un golpe.
También mencioné que SEGA hizo un esfuerzo para que Super Monkey Ball Banana Rumble se sienta como un juego de la nueva era, ¿cómo lo hizo? Para empezar, con un Modo Aventura que tiene historia. Esto no es nuevo en la serie, pero la forma en la que se presenta nos muestran valores de producción decentes, en lugar de ser esas presentaciones de Power Point de Banana Mania. Por supuesto que hablamos de una narrativa que no va más allá de lo que verías en un canal infantil a las 9:00 AM, pero es agradable tener una línea narrativa que genere una sensación de aventura en lugar de únicamente tener una colección de niveles. También hay un montón de opciones de accesibilidad, y eso lo convierte en un juego que cualquiera puede terminar sin mucho problema.
También hay otra cosa y es el multijugador así que, ¿por qué no vamos a eso?
Monos en compañía
El multijugador ha acompañado antes a Super Monkey Ball, pero en el camino hacia Banana Rumble nos dejaron claro que aquí la intención era volverlo parte de la experiencia central. Considero que el modo para un jugador sigue siendo la estrella y que el multijugador falla un poco, pero es competente.
Parece que la idea de Banana Rumble es entregar una especie de juego de fiesta. Es decir, una experiencia multijugador que cualquier persona pueda tomar, comprender en un instante y ponerse a jugar para pasar un rato increíble. Así pues, con modos de juego que ya conocemos y otros nuevos, encontramos momentos caóticos que pueden hacer sacar gritos de euforia. No todos los modos son buenos y es una lástima que algunos de los más icónicos quedaran fuera.
Por otro lado, algo que me preocupó del multijugador de Super Monkey Ball Banana Rumble es su sistema de desbloqueo de recompensas. Después de cada partida recibes experiencia que sube tu nivel y te permite conseguir nuevos premios que están ligados a una temporada. Esto es ya normal en la industria, pero poner esta zanahoria de FOMO frente a los jugadores para motivar el tiempo de juego me parece triste. Sorprendentemente, en Banana Rumble se percibe como un sistema muy amistoso, pues subir de nivel para desbloquear premios es muy sencillo. No te obliga a estar pegado al juego por horas ni completar retos ridículos; simplemente tienes que destinar tiempo a unas cuantas partidas y pasarla muy bien. Eso sí: parece que cada temporada solo durará un par de semanas y siempre existe la posibilidad de que las cosas cambien en el futuro.
Ahora bien, el problema del multijugador es que el desempeño del juego cae en algunos momentos. No es como que la tasa de cuadros por segundo caiga de una forma en la que se vuelva injugable, pero es una lástima que luzca así en las partidas con 16 jugadores en modos como carrera. Igual un reciente parche mitigó la situación levemente y esperemos que futuras actualizaciones lo pulan aún más.
Entretenimiento y carisma pura
Super Monkey Ball Banana Rumble es lo que tiene que ser: una experiencia increíblemente divertida y con mucha rejugabilidad. Si nunca has sido fan de la franquicia, este juego no te hará cambiar de opinión, pero si extrañas ese tipo de jugabilidad arcade sin muchas pretensiones, esta entrega tiene que estar en tu colección.
Como dije en el inicio, agradezco enormemente que Super Monkey Ball siga existiendo. Probar Banana Rumble me dio un rato agradable y un viaje al pasado. Aunque la evolución de la serie es palpable, tiene ese espíritu de irreverencia y diversión pura que prevalecía en los juegos de inicios del milenio. Es entretenimiento y carisma puros.
Super Monkey Ball Banana Rumble ya está disponible para Nintendo Switch. Puedes saber más sobre este juego si haces clic aquí.
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