Las aventuras narrativas son un género bien conocido por los jugadores de PC, pero su estatus como juego siempre ha sido debatible porque el valor suele encontrarse en la historia y en la manera de narrarla más que en el reto o la interacción. The Vanishing of Ethan Carter llega decidido a proponer algo en estos aspectos, aunque no lo consigue por completo.

La trama se basa en un investigador paranormal que llega a un poblado forestal ubicado en medio de la nada, cuya misión es resolver la desaparición de Ethan Carter, el niño de una familia que es la única habitante del lugar. El territorio es vasto y misterioso, y en sus mejores días albergaba a los trabajadores de una planta hidroeléctrica y una mina; de esos años sólo quedan edificios abandonados y una antigua leyenda que habla de un ser maligno llamado The Sleeper.

Como suele suceder en este género, el papel de jugador es prácticamente el de observador que apenas es capaz de activar algunos elementos en el escenario. Aquí no tienes armas, lámparas, ni inventario; sin embargo, dado que el protagonista es investigador paranormal, poseemos capacidades sensitivas superiores que se traducen en reunir elementos del entorno y reproducir los crímenes que ocurrieron para dar con el paradero de Ethan.

El protagonista del juego es el escenario

La dinámica para la solución de los crímenes se basa en identificar a la víctima y su causa de muerte, buscar los elementos que encajen en el crimen y colocarlos en su lugar original. Hecho esto, emergen de la víctima unas luces y se muestran fragmentos de una escena que deben ser ordenados cronológicamente para reproducir completo el evento y recibir una pista del siguiente paso de Ethan.

No todos los misterios son escenas de crimen, a lo largo del juego hay historias escritas por Ethan que se presentan como una especie de alucinaciones que transforman el entorno. Durante estos eventos se presentan puzzles sencillos que al ser resueltos ayudan a conocer mejor a Ethan y a su familia.

The Astronauts, estudio responsable de la entrega, creó un lugar gráficamente impresionante que, sumado a una buena sonorización y música, crean una atmósfera atemorizante y desoladora; podríamos decir que el protagonista del juego es el escenario. Aspectos como el diseño de personajes y la animación dejan mucho que desear, se ven toscos, primitivos y carentes de vida tanto en los modelos del juego como en la historia, pues están pobremente desarrollados a lo largo de ella.

El escenario donde ocurre todo genera una gran atmósfera, pero está casi vacío. La distancia entre los lugares donde interactuar es muy grande y perderse resulta más frustrante que emocionante. Las mecánicas de juego, aunque propositivas, son huecas: los objetos que hay que recolectar son los únicos que existen, no te puedes equivocar porque no hay pistas falsas e incluso pareciera que cada nuevo caso es menos ingenioso que el anterior, pues la mecánica no evoluciona. Algo parecido ocurre con los puzzles para ordenar escenas: en los primeros casos la dinámica es interesante y entretenida, pero la calidad disminuye gradualmente hasta volverse lineal.

The Vanishing of Ethan Carter es un juego bien intencionado que se queda corto en cuanto a sus aspiraciones. La historia está llena de clichés y mecánicas que se estancan en las primeras misiones; las escenas alucinantes refrescan la experiencia, pero los acertijos son pobres o están mal desarrollados. En resumen, es un título que comienza bien, pero se agota pronto.