Civilization: Beyond Earth PC

Entre las cartas fuertes del booth de 2K Games no podía faltar un vistazo a Civilization: Beyond Earth, título de Firaxis que constituye la última entrega (bordeando el spin-off) de la franquicia fundamental del famoso género de las 4 equis: explorar, expandirse, explotar y exterminar.

Beyond Earth es fundamentalmente una expansión temática a los conceptos y mecánicas que la saga ha cimentado entrega con entrega hasta llegar a su predecesor inmediato, Civilization V: un tablero de casillas hexagonales, mecánicas profundas de turnos, amplios árboles de mejoras, influencia del paso del tiempo, construcción y conquista de ciudades, acaparamiento de recursos y movimientos estratégicos. Sin embargo, lo importante aquí es el contexto: se trata esencialmente de la exploración de un mundo completamente hostil y ajeno a la humanidad, lo que será determinante para el ritmo, las mecánicas y los trucos que utilizarás para ganar las largas partidas que caracterizan a la franquicia.

Por el momento no pudimos ver demasiado de las facciones, pero parece que se trata de versiones futuristas y espaciales de las potencias de la Tierra: vimos entidades como la American Reclamation Corp., la Slavic Union, PolyAustralia y la Panslavic Union, cada una con sus líderes y representantes. Lo que caracteriza al juego es el sistema denominado Affinities, que básicamente determina la actitud de tus colonizadores con respecto a los mundos extraños. Los Affinities son 3: Armonía, que intenta integrar la Tierra con otros mundos; Supremacía, que pretende utilizar todas las ventajas que ofrezca el espacio y la modificación genética y cibernética para reafirmar el poder de la humanidad; y Pureza, una actitud xenofóbica y cerrada.

Los Affinities no sólo determinan el camino a emprender y el árbol tecnológico de tu civilización (que por supuesto será enorme y lleno de opciones), sino el tipo de recursos que tu civilización aprovechará mejor o necesitará con más urgencia. Por ejemplo, las civilizaciones de Supremacía necesitan un mineral llamado Firaxile, mientras que las xenófobas culturas Purity prefieren fortalezas voladoras, sólo posibles gracias al mineral Floatstone.

La siguiente innovación ocurre gracias al contexto y a la exploración. A diferencia de la razonable Tierra, los mundos extraterrestres presentan dificultades y oportunidades sumamente extrañas: casillas llenas de formas de vida hostiles como gusanos espaciales, anomalías de la física y mucho más; el uso de ciertas unidades y acciones permite utilizar dichas circunstancias en contra de nuestros enemigos.

En cuanto a los objetivos a largo plazo, Civilization: Beyond Earth sigue descansando sobre los 4 pilares que mencionamos antes: explorar mundos ajenos, expandir nuestra civilización, explotar recursos de la manera más eficiente y exterminar a cada competidor que se oponga a nuestro poder. Nada de ello ha cambiado y finalmente serán las fuertes bases de la serie lo que justifique al juego, el cual por el momento se siente más como un spin-off curioso e interesante que como un verdadero paso adelante para la serie de estrategia por turnos más compleja y profunda que existe.