Actualmente, existen decenas de juegos llamados walking simulator, que te presentan una opción única porque el objetivo reside más en vivir la experiencia que en terminarlos; es decir, en ellos lo importante es el viaje, no el destino. En esta ocasión, el pequeño estudio Campo Santo, trae Firewatch, un título que se ganó nuestra atención debido a 2 elementos: el trabajo del famoso artista Olly Moss —que da su toque personal al retratar los increíbles bosques de Wyoming— y el misterio detrás de la soledad de un guardabosque.

A simple vista, Firewatch puede parecer genérico y un tanto aburrido si no estás familiarizado con el género. Los llamados simuladores de caminata se enfocan en elementos que ayudan a sumergir al jugador en el mundo que han creado: vista en primera persona, interfaz limpia, reducida y un misterio que se resuelve conforme evoluciona la historia. Te pones en los zapatos de Henry, un hombre deprimido que ha tenido que dejar atrás su vida atrás y busca consuelo en un nuevo trabajo como guardabosques en Yellowstone, uno de los parques naturales emblemáticos de Estados Unidos.

Vista en primera persona, interfaz limpia, reducida y un misterio

Al inicio, el juego te presenta la historia de Henry, exactamente el día que conoció a Julia, la mujer que sería su esposa. Tienes una serie de opciones de texto a elegir; por ejemplo, cuando Henry decide hablar por primera vez con Julia puede decir ‘Eres muy bonita’ o ‘¿Estudias?’, lo que sirve para dar contexto y ayudarte a saber qué lo orilló a mudarse a una torre de vigilancia en medio de la nada. Las opciones que elijas al principio sólo modifican un par de diálogos ubicados más adelante, pero la conclusión se mantiene sin modificaciones.

Una vez que completes el prólogo verás cómo es el juego en realidad. Como mencioné, todo se desarrolla en primera persona y podrás explorar libremente tu sector en el parque de Yellowstone. Tu personaje tiene libertad de caminar o correr, el resto de las acciones se activa sólo si el botón aparece en pantalla; es decir, para brincar necesitas estar frente a un tronco y presionar el botón cuando se te indique y lo mismo ocurre para escalar o descender. Esto no es malo y terminas acostumbrándote, pero tal vez algunos se sientan molestos al no poder saltar libremente. Desde mi punto de vista, esto ayuda a impedir que te lances al vacío una y otra vez.

Si bien el juego te coloca en una situación de soledad y abandono, tienes un radio que te comunica con tu jefa, Delilah, una dulce voz que te guía por el parque, te lleva a conocer a fondo el mundo que rodea tu torre de vigilancia y se convierte en tu única compañía. Las interacciones con Delilah se sienten muy naturales, ya que basta apretar el gatillo izquierdo para comunicarte con ella y el derecho para elegir una frase o pregunta. Debes reportarle constantemente tu ubicación y descubrimientos, lo cual da a pie a conocerla más. Éste es uno de los puntos más fuertes del juego, ya que los diálogos y las actuaciones de voz están armados a la perfección: te sientes dentro de una conversación real y notas cómo crece poco a poco tu relación con Delilah.

Ahora bien, el juego no sólo es platicar o leer; eres un guardabosque, y como tal, tienes que cumplir la tareas que Delilah te asigne. Lo primero que notarás es que el juego no tiene interfaz, no hay flecha que indique a donde ir o barra de vida que te diga que estás a punto de morir. Tus únicos recursos son el radio con el que te comunicas con Delilah, un mapa, una brújula y una linterna. Esta característica se convirtió en mi favorita, ya que tenía que estar atento del camino, checar constantemente si la dirección por la que iba era la correcta y revisar el mapa una y otra vez, pues no hay un indicador a mitad de la pantalla que diga hacia dónde dirigirte. Al principio es fácil perderse, pero poco a poco recuerdas cierto árbol o camino y de pronto te das cuenta de que eres un guardabosque profesional.

Tus tareas son sencillas, pero sirven para familiarizarte con el entorno y descubrir nuevas mecánicas. El primer día debes encontrar a quien está prendiendo fuegos artificiales, por lo que tendrás que seguir el rastro de luces en el cielo y después, latas de cerveza vacías que te llevan a donde está el culpable y hay riesgo de que comience un incendio. Puedes tomar decisiones sobre cómo abordar cada situación, pero recuerda: nada cambia radicalmente la conclusión, sólo hace un poco más personal la aventura, dependiendo totalmente del humor con el que afrontes las situaciones. En mi experiencia, busqué ser cuidadoso en extremo con la forma en que resolvía los conflictos, lo que provocó que Delilah fuera mucho más segura conmigo y respetara mis decisiones… nada más.

Los diálogos y las actuaciones de voz están armados a la perfección

Tus primeras tareas, aunque sencillas, son parte de algo más grande que constituye el misterio que rodea el juego. Sin afán de arruinarte la experiencia, te diré que conforme pasen los días te darás cuenta de que no estás solo, hay alguien más siguiendo tus pasos y tu deber es investigar si está vinculado con el incendio que está desatándose en el parque. Es en este momento cuando Firewatch te invita a investigar. Henry y Delilah desconocen qué está pasando y para descubrirlo con ellos es importante que revises cada cabaña, leas cada nota y regreses sobre tus pasos para encontrar nuevas rutas. Verás tirados toda clase de objetos interesantes, lo lamentable es que la mecánica para investigarlos es muy aburrida: levantas el objeto y si es importante, tienes opción para leer; eso es todo. Me hubiera gustado que fuera más importante revisar las cosas y aunque con L1 puedes hacer zoom, no sirve de mucho porque casi todas son inservibles.

Pasarás mucho tiempo en un loop de ir y venir de tu torre de vigilancia a donde Delilah te indique, pero no se siente repetitivo porque en cada viaje descubres cosas nuevas, el problema es no hay puzzles ni problemas muy elaborados debido a que los desarrolladores no buscan desesperarte o mantenerte despierto toda la noche tratando de resolver el acertijo, sino que vivas la experiencia y disfrutes la naturaleza. Para lograrlo, Firewatch tiene un audio excelente que desde el principio te sumerge en el ambiente: árboles, plantas, viento, agua, animales, todo sonido está integrado a la perfección y lo mismo ocurre con la música, que llega en momentos precisos para llevarte de una emoción a otra.

Durante tu camino descubrirás nuevas zonas, como lagos, puentes y campamentos; algunos no están disponibles desde el inicio porque necesitas ciertas herramientas para acceder ellos, por ejemplo, cuerdas o una hacha. Sin embargo, hay áreas que sólo puedes encontrar si exploras a fondo, lo cual termina en atajos para llegar y regresar más rápido de cada lugar. Algo un poco molesto es que hay montañas o elevaciones inaccesibles, incluso si traes el equipo requerido; es obvio que estas formaciones son una forma de pared invisible, pero tener que rodearlas sólo porque tu personaje no puede saltar una roca hace que se pierda un poco la ilusión de realismo y libertad que los desarrolladores planearon otorgar. El bosque está lleno de secretos, animales salvajes y bellos paisajes, todos listos para ser descubiertos, así como de pequeñas cajas llenas de recursos y actualizaciones para tu mapa.

No hay límite de tiempo para cumplir tus tareas, y aunque explorar cada rincón es fascinante y es justamente lo que convierte a Firewatch en una gran experiencia, la falta de optimización provoca que constantemente aparezcan pantallas de carga cuando entras en una nueva zona, lo que resulta molesto porque hay pérdida de frames. Tuve oportunidad de jugar la versión para PlayStation 4, así que habrá que ver si este problema también existe en PC; al final de cuentas, es algo que puede corregirse con un parche.

Me siento obligado a hablar de lo bien que se ve el juego. Aunque hemos visto ese tono caricaturesco en otras entregas, Firewatch tiene el toque personal de Olly Moss, un artista que ha trabajado con cómics y personajes o escenarios de videojuegos, pero que por primera vez participa en el desarrollo de uno mediante la creación del arte conceptual. El uso de colores pastel es increíble, cada esquina luce genial: los árboles, el agua, tu torre de vigilancia, todo se ve increíble. Si te apasiona —como a mí— tomar los mejores screenshots, te detendrás durante minutos tratando de tomar la mejor foto de las montañas y, si tienes suerte, podrás retratar a un mapache, lo que será más divertido cuando descubras una vieja cámara desechable con algunas fotos sobrantes; te invito a usar lo que queda del rollo y cuando llegue el momento, admires la belleza de tus fotos.

El sistema de progreso está basado en días sobre los que no tienes control; simplemente al llegar a un punto específico, el juego corta al día siguiente. La duración total de Firewatch es 79 días de tiempo de juego y unas 5 o 6 horas de tiempo real, dependiendo de cuánto explores o si te pierdes. El título es una experiencia increíble, pero que jugarás sólo una vez, y en este aspecto es probable que muchos jugadores no estén de acuerdo en que valga la pena pagar $20 dólares por algo que pierde toda emoción al jugarse por segunda vez. Disfruté mucho mi aventura y aunque me pareció breve, quedé satisfecho con el resultado y espero volver a jugarlo seleccionando distintas opciones de diálogo y descubriendo algunas áreas que dejé atrás.

Firewatch es para quienes buscan vivir algo nuevo o una aventura sin prisas. El resultado no es perfecto, y el estudio aún tiene un largo camino por recorrer, pero es un buen título y una gran muestra de que no se necesitan tramas sumamente elaboradas para contar una historia que te atrape desde el primer momento.