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Han pasado 8 años desde el lanzamiento del Mirror’s Edge original, título que con un moderado éxito (2.5 millones de copias vendidas) supo conquistar a una pequeña legión de fans lo suficientemente influyentes como para mantenerlo vivo todos estos años y lograr que DICE y EA le dieran otra oportunidad. Mirror’s Edge Catalyst llega en un momento muy distinto al de su antecesor y es una entrega reconfigurada para tratar de apelar a una nueva generación de jugadores, al tiempo que mantiene su modesto, pero memorable legado.
Una entrega reconfigurada
En 2008, la mezcla protagonista femenina y parkour era revolucionaria y a eso se sumó una impecable dirección de arte, lo que dio como resultado un juego difícil de olvidar. Mirror’s Edge estaba en el lugar y momento correctos, sin embargo, estaba lejos de ser perfecto por su historia y combate. En estos días, las cosas han cambiado: tenemos entregas anuales de Assassin’s Creed y una gran cantidad de películas que incluyen mujeres en roles de acción, y es ahora cuando los creadores de Mirror’s Edge decidieron replantear el juego completo conservando su gameplay, pero modificando su argumento y estructura.
En Catalyst encarnas a Faith, una runner, que es una especie de mensajero clandestino en una ciudad monitoreada y controlada por la corporación KrugerSec. Este conglomerado se encarga de todo en Glass City: energía, alimento, seguridad y hasta desarrollo tecnológico. Faith acaba de salir de la cárcel y busca recuperar un poco del tiempo perdido, así que regresa con su equipo para librarse de la vigilancia impuesta por la corporación. En una misión y por azar, Faith roba tecnología crucial para el futuro de Glass City, lo que la pone en la mira de la corporación, pero también de la resistencia.
La historia suena a algo que has oído antes, pero, afortunadamente, esta vez la narrativa tiene buen ritmo y las cinemáticas están bien logradas. Imagina que te encuentras armando un rompecabezas en el que las piezas no siempre aparecen en orden y eso ayuda a dosificar la trama de manera adecuada. Además, al tratarse de un mundo abierto, existen misiones secundarias que ayudan a complementar la historia principal.
En la nueva historia del juego encuentras personajes secundarios sumamente carismáticos como Plastic, una hacker incapaz de comprender las emociones humanas y que, básicamente, se encarga de toda la logística de las misiones; Doguen, un jefe mafioso cuyas motivaciones y personalidad resultan fascinantes; y la misma Faith, que parece funcionar mejor, pues si bien su personalidad es más agresiva, sus actos responden más a resignación que a soberbia. Lo lamentable es que no todos los personajes se desarrollan igual y muchos aparecen en un par de misiones y se desvanecen pues simplemente sirven como introducción a las actividades extra de la ciudad.
En Catalyst seguro te sorprenderá la enorme cantidad de actividades disponible (con sólo ver el mapa) y el hecho de que puedan entrar en sólo 3 categorías: carreras, puzzles y combate. A pesar de ser tantas, su calidad suele ser muy buena y en muchas ocasiones son desafiantes; calcular adecuadamente los saltos o encontrar un mejor camino para ganar un par de segundos es vital y aunque el sistema de controles es accesible, frecuentemente encuentras acciones que requieren mucha precisión.
Entre mis actividades favoritas está Grid Nodes: cuartos enormes y cerrados donde tienes que encontrar un panel de control. No hay algo que te indique el camino y debes resolver cómo llegar o morir en el intento; por momentos me recordó a Portal, pues tuve esa misma sensación de satisfacción cada vez que logré terminar uno.
Catalyst te permite inventar tus desafíos
Pero si no fueran suficientes las actividades, Catalyst te permite inventar tus desafíos con una herramienta llamada Social Play, con la que puedes crear carreras a contrarreloj o alcanzar puntos difíciles en el mapa. Este apartado es muy sencillo y durante la fase Beta se crearon cientos, por lo que suponemos que se generarán muchos más cuando el juego sea lanzado.
En esencia, el sistema de controles y de juego es fiel al original: utilizas el bumper izquierdo para los saltos y el gatillo izquierdo para deslizarte. Conforme avanzas, un sistema llamado Runner View te marca en rojo el camino que debes tomar y los objetos con los que puedes interactuar (como cajas o tuberías); este sistema suele ser eficiente, pero cuando domines los controles tal vez optes por seguir otro camino para moverte más rápido. Una adición en Catalyst es un gancho retráctil que, a diferencia de otros títulos como Dying Light, no puedes utilizar a voluntad, sólo en ciertos puntos disponibles, así que, más que como herramienta de movilidad, funciona como una llave para acceder a puntos antes inalcanzables —como si se tratara de un Metroidvania—.
No podemos dejar de mencionar las modificaciones en el sistema de combate: abandonaron la ralentización de los golpes (golpes en cámara lenta) y el uso de armas. Ahora el combate en movimiento es fluido: basta con impulsarte y lanzar un golpe al enemigo para quitarlo del camino, pero requiere práctica y precisión. Por otro lado, si te encuentras parado y enfrentas a un enemigo, ahora cuentas con movimientos laterales para ubicarte en una posición de ventaja y también puedes pelear contra más de un enemigo a la vez haciendo que choquen entre sí. Es cierto que ahora cuentas con mejores movimientos, pero la física de los enemigos más básicos es burda, por lo que puedes derrotarlos fácilmente tirándolos de un punto más alto, aunque sólo sean 2 escalones.
Uno de los elementos principales de Mirror’s Edge Catalyst es la ciudad; a diferencia del título de 2008, Glass City se encuentra en un futuro un tanto más lejano, así que los vehículos, la tecnología, la moda y la arquitectura son muy diferentes a lo que habíamos visto. Glass City parece el sueño de un amante de Apple: todo es bello y pulido, incluso lugares que no deberían serlo, como pasillos de mantenimiento o los cubos de los elevadores. Durante la historia visitamos 5 zonas de la ciudad: Down Town, Anchor, Omnistat Tunnels, Development Zone y The View, cada una con características propias —desde el lujo más extremo en The View hasta los túneles donde habita la resistencia—.
En esta entrega casi no ves personas y las pocas que encuentras en movimiento, se limitan a darte una misión de mensajería; una vez que la cumples, siguen inertes en el mismo lugar. Conforme avanzas en la historia, KrugerSec aumenta la vigilancia, por lo que quedarte demasiado tiempo frente a una cámara llama a un equipo de vigilancia, así que no podrás relajarte durante mucho tiempo. En total, hay 5 tipos de enemigos: Guardian, Protector y Sentinel tienen ataques melee, mientras que Shock Protector y Enforcers tienen disparos a distancia; aunque los únicos que son un verdadero problema son los Sentinel por sus movimientos y resistencia. Además, hay varios coleccionables y uno que otro easter egg que hacen referencia al primer juego.
Una de las virtudes del juego es que puede abordarse de distintas formas: puede ser veloz y desafiante si juegas actividades que requieran velocidad o puede ser lento y enfocado si te dedicas a resolver los puzzles. Lo mejor es que, si te aburres de hacer uno, puedes buscar otro o regresar a la historia.
El aspecto del juego es bueno: utiliza muy bien la iluminación y los colores en los ambientes y el desempeño en PlayStation 4 sólo tuvo problemas durante algunos cinematics en que hubo pérdida de frames. Un gran atractivo de Catalyst es el sonido DTS 5.1, que crea una atmósfera perfecta en la que tanto sonidos ambientales como efectos especiales aportan activamente a la experiencia. La música también funciona muy bien con el tono del juego, aunque me parece que dejaron ir la oportunidad de incluir en un momento más épico el tema compuesto por CHVRCHΞS.
Mirror’s Edge Catalyst respeta su legado, podríamos decir que no es ni mejor ni peor que su antecesor, y el hecho de que sea un reboot permite que una nueva audiencia pueda acercarse a él. Si bien Glass City luce algo estéril, se compensa con la enorme cantidad de actividades y una historia bien contada que, en suma, ofrecen al menos 30 horas de juego. DICE parece haber puesto buenos cimientos esta vez y tal vez éste sea sólo el primero de una nueva serie de Mirror’s Edge.
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