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Editorial: Gaming / Facebook / Twitter / YouTube / Instagram / Noticias / Discord /Telegram
Con el paso del tiempo, los videojuegos evolucionaron junto a sus pretensiones. Antes era muy común que el enfoque estuviera en las mecánicas de juego y que todo lo demás sea un complemento que, en el mejor de los casos, enriquece el contexto o la poca trama que existe. Ahora, las cosas son muy diferentes.
Muchos creativos ponen la narrativa y la construcción de mundo sobre cualquier otra cosa, lo que significa que los sistemas de juego un mero vehículo que permite al jugador pasar de escena a escena y conocer más sobre la historia. Naturalmente, esta filosofía de diseño tiene tanto detractores como simpatizantes.
En esa línea encontramos a Stray, el más reciente proyecto de BlueTwelve Studio y Annapurna Interactive que llamó la atención de la comunidad desde su revelación debido a su singular concepto. Sí, la idea de ver a un gato recorrer un entorno futurista mientras descubre un misterio es interesante sobre el papel, ¿pero es divertida? Te adelanto que sí, pero hay algunos puntos a considerar.
VIDEO: Stray - ¡Lo Bueno, lo Malo y lo Meh!
Ser un gato del futuro jamás fue tan interesante
En esencia, Stray es un videojuego de resolución de acertijos y exploración con gran énfasis en la narrativa. Su mayor atractivo, y factor que lo diferencia de otras propuestas similares, es que nos pone en la piel de un gato muy adorable. Afortunadamente, los desarrolladores de BlueTwelve Studio recrearon con gran fidelidad el aspecto, los sonidos y movimientos de estos animales.
Nuestro protagonista hará lo que un gato del mundo real: rasguñar, maullar y, por supuesto, dormir. Muchas de estas acciones carecen de utilidad, pero son encantadoras, también como ocurre con cualquier gato, y ayudan muchísimo a la inmersión. Correr y escalar son las únicas actividades que haremos con regularidad durante toda la experiencia.
Durante la mayor parte del tiempo, Stray es una experiencia lineal donde deberemos ir del punto A al punto B. Sin embargo, en unos capítulos de la campaña se nos dará la oportunidad de explorar zonas semiabiertas donde encontraremos tanto personajes principales como secundarios, así como coleccionables. Conversar con los habitantes de estos lugares e interactuar con elementos de los alrededores es muy entretenido.
Por suerte, recorrer los escenarios y saltar de objeto a objeto resulta hipnótico y satisfactorio. Esto es posible gracias al buen diseño de la mayoría de los niveles, pues el juego nos indica de manera sutil el camino que debemos seguir para llegar a nuestro destino y continuar con la campaña.
Los acertijos también son muy atractivos. Aquellos que son físicos, como empujar una tabla de madera para crear una plataforma o tirar de una palanca para abrir una puerta, funcionan pese a su simpleza. Eso sí, hay algunos más complejos que involucran hablar con un NPC para obtener pistas o algún ítem en las zonas semiabiertas. Es en estos segmentos donde encontraremos los desafíos mentales más divertidos e ingeniosos.
Un mundo artificial con mucha vida
Una vez dicho esto, es momento de hablar del plato fuerte de Stray: la historia. Tras separarse de sus compañeros, nuestro héroe gatuno queda atrapado en una ciudad futurista habitada por robots. Con la ayuda de un dron llamado B-12, deberá regresar a casa y, en el proceso, descubrir los secretos de la urbe.
A pesar de que es una premisa simple, funciona a la perfección y esconde un misterio muy interesante que, aunque peca de predecible, resulta satisfactorio experimentarlo. Cada uno de los escenarios que visitamos desvela de manera orgánica pequeñas piezas para completar el rompecabezas del arco argumental y conocer más sobre el contexto que envuelve a las ciudades y a los personajes.
A lo largo de la campaña contactaremos con muchos robots que nos darán pistas para avanzar o nos hablarán de sus vidas en este mundo de ciencia ficción. Pese a que son seres artificiales, derrochan personalidad y encanto a través de sus animaciones y diálogos repletos de humor pesimista. Asimismo, los personajes de la campaña, especialmente B-12, son muy entrañables y memorables.
Finalmente, debó resaltar la impecable presentación. Si bien no es una proeza gráfica que explote el potencial de una consola de nueva generación o una PC de gama alta, su dirección de arte es sublime. Cada uno de los escenarios está cuidado hasta el mínimo detalle y los ambientes nos empapan de lore; las ciudades y demás locaciones que visitamos son personajes en sí mismos.
El gatito también tiene muchos detalles con un nivel de cuidado sorprendente. Verlo rasguñar un sillón, beber agua o simplemente dormir es adorable, por lo que no te sorprenda si en todo momento deseas extender la mano para acariciarlo. En pocas palabras, el minino es un encanto y te robará el corazón.
Finalmente, la música es tenue y acompaña muy bien los sentimiento de misterio y descubrimiento que impregnan esta historia de ciencia ficción. Esto quiere decir que melodías estrambóticas o épicas brillan por su ausencia, pero ciertamente Stray no las necesita.
Por desgracia, hay gato encerrado
Si bien la exploración es divertida en la mayoría de las ocasiones, en algunos segmentos puede ser molesta. Sí, casi siempre resulta obvio donde hay que ir o cuales son las estructuras que podemos escalar, pero que no te sorprenda si te pierdes en una zona por varios minutos debido a que no encuentras la única cornisa o farola que te permitirá avanzar al siguiente escenario y continuar con la historia.
En una línea similar, en la campaña hay momentos donde tendremos que registrar una habitación para encontrar un ítem o una pista. Estas secciones se resumen en observar todos los rincones posibles y saltar por todas las estructuras con la esperanza de que aparezca el ícono de acción, lo que es poco atractivo.
Por último, encontré inconvenientes a nivel técnico. La mayoría son bugs visuales que resultan insignificantes y cuyo único efecto negativo es romper brevemente la inmersión. También es relativamente común que la cámara bloquee los textos de diálogo si empezamos una conversación en un ángulo en particular, pero por suerte es algo que se arregla fácilmente con mover el stick.
Eso sí, en un par de ocasiones encontré errores que nos impidieron avanzar y nos obligaron a cargar el último punto de guardado. Me refiero a un objeto clave que se pierde en el escenario por culpa de las físicas del juego o caer en una zona inaccesible. Con un poco de suerte, estos bugs desaparecerán con parches.
Una experiencia gatuna sin muchas variaciones
Stray es un juego de una sola nota. Los cambios de ritmo significativos o situaciones que alteren la fórmula escasean, por lo que en gran parte de la aventura haremos lo mismo. Esto no es necesariamente malo, pero nos gustaría haber visto más diversidad. Por ejemplo, hay algunas secuencias de persecución donde escapamos de unos seres conocidos como Zurk o escenas de sigilo que, pese a ser muy simplonas, brindan variedad. Ojalá hubiera más momentos como estos para eliminar la monotonía.
Otro detalle a considerar es que estamos frente a una experiencia muy corta. Acabé la campaña en poco más de 6 horas, aunque tengo que confesar que no encontré todos los coleccionables. Estos últimos llegan en forma de recuerdos que brindan más información sobre el contexto o pines que obtendremos al ayudar a los robots. ¿Vale la pena encontrarlos? Sí, pero no te preocupes si te pierdes alguno por el camino.
Corto, emocionante y encantador: así es el nuevo juego de BlueTwelve Studio
En conclusión, Stray es una aventura que derrocha encanto y que logra sus pretensiones con gran éxito. Los inconvenientes que mencioné, con excepción de los bugs más graves, están lejos de ser factores que merman la experiencia, e incluso cabe la posibilidad de que no te parezcan molestos.
Sin duda, es una experiencia de exploración muy agradable y relajante que se ve enriquecida por un cast de personajes encantador y una historia interesante que vale la pena experimentar. La cereza en el pastel son las localizaciones que visitaremos: desde la ciudad repleta de luces de neón hasta las sucias alcantarillas. Cada uno de estos ambientes es imponente y maravilloso en partes iguales.
Si buscas un título sencillo de ciencia ficción con mucha sustancia y una construcción de mundo sublime, dudo de que Stray te decepcione pese a su monotonía de situaciones y poca duración. Y sí, lo recomiendo firmemente a todos los fanáticos de los gatitos y los animales en general.
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