Hot Wheels es sinónimo de velocidad, diversión y de llevar al automovilismo a lugares donde la física o el aburrido gusto empresarial no lo permiten. Se trata de usar nuestra imaginación para sentirnos en una cabina pisando el acelerador al máximo mientras volamos junto a otros autos con diseño poco práctico, pero genial.

La magia de Hot Wheels ha provocado que la marca se lleve muy bien con los videojuegos y desde 1984 ha tenido varios lanzamientos interesantes. El más reciente fue Hot Wheels Unleashed una nueva propuesta que, aunque fue entretenida, dejó mucho a deber. Ahora, la serie regresa con una secuela pero, ¿acaso soluciona todos los problemas del pasado? ¿Es una propuesta que vale la pena?

Aparta Hot Wheels Unleashed 2: Turbocharged

• Nintendo Switch
• PlayStation 4
• PlayStation 5
• Xbox

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Carreras miniaturas

Uno de los puntos más importantes que hay que aclarar sobre Hot Wheels Unleashed 2: Turbocharged es que nada tiene que ver con Mario Kart o Crash Team Racing. Sí, es un juego que se toma el automovilismo de forma relajada, pero no es una experiencia de karts con objetos. Más bien se asemeja más a proyectos como Ridge Racer o incluso Trackmania, en el sentido de que pretende tomar la diversión e intensidad de las carreras y llevarlo a escenarios donde lo único que importa es saber aprovechar sus mecánicas de juego para ir a toda velocidad y salir victorioso.

Son precisamente estas mecánicas de juego las que hacen que Hot Wheels Unleashed 2: Turbocharged sea un título con sabor único. El juego toma muchos elementos de su antecesor, como la importancia de derrapar, frenar y saber aprovechar el boost, pero lo combina con mecánicas nuevas que añaden otra capa de profundidad. Por ejemplo, la energía que recibes por hacer drift ya te sirve para algo más que simplemente ir más rápido por un tiempo. Ahora podrás aprovecharlo para hacer un empujón lateral que descontrole a tus rivales o para ejecutar saltos que te ayuden a descubrir atajos o sortear obstáculos. Son 2 mecánicas que añaden un grado de libertad y profundidad a las carreras, en especial porque tienen cierto grado de riesgo-beneficio. Tirar de la pista a un rival te dará una ventaja clara, pero si fallas podrías caer y tu carrera estará arruinada. Lo mismo con los saltos, puede que te ayude a saltarte una curva, pero si calculas mal podrías caer al precipicio.

Estas nuevas mecánicas se aprovechan en diferentes estilos de carrera que buscan que Hot Wheels Unleashed 2: Turbocharged sea más que competencias tradicionales. Además de las carreras regulares, también encontrarás modalidades como carrera de supervivencia; contrarreloj; competencia de derrapes, entre otros. Algunas modalidades te libran de ir por una pista para mejor ponerte en un ambiente abierto en el que tienes que completar objetivos como encontrar puntos de control. En general, tiene una selección de modos apropiada que añade variación, aunque a final de cuentas en la gran mayoría el objetivo sigue siendo ser el más rápido.

Si bien el sistema de juego tiene bases sólidas, tiene un enorme problema: sus pistas. El diseño cumple el objetivo de hacerte sentir en una pista de Hot Wheels, el problema es que fueron diseñadas con poca inspiración. De este modo, con el paso de las horas el juego pierde el encanto y se torna un tanto aburrido ya que puede ser difícil diferenciar entre una pista y otra. No ayuda que la cantidad de biomas sea limitada y que poco se hace por explotar sus diferentes características. Se siente como si la gran mayoría hubiera sido hecha con el editor de pistas, el cual es funcional y ofrece varias opciones.

Cabe mencionar que en Hot Wheels Unleashed 2: Turbocharged no sólo correrás así como así. El juego cuenta con un modo campaña que, aunque está lejos de ser muy interesante, ofrece una alternativa narrativa. Se trata de una aventura estilo caricatura de sábado por la mañana en la que sigues a un grupo de héroes que usan Hot Wheels para ganar carreras y derrotar el mal. Con escenas estilo viñeta de cómic verás esta historia que une las carreras del Modo Historia. Como mencione: no es lo más interesante del juego, pero seguramente gustará a los más jóvenes.

Otro elemento importante es la personalización, la cual es profunda. En Hot Wheels Unleashed 2: Turbocharged tendrás la oportunidad de personalizar varios aspectos de cada uno de tus vehículos. Para empezar, tenemos el apartado cosmético, el cual te deja cambiar la apariencia del vehículo con pintura y calcomanías. Es una opción a la que personalmente le he sacado poco jugo, pero es evidente la cantidad de opciones que ofrece y estoy seguro de que personas con más talento harán diseños increíbles. Por otro lado, cada coche también tiene un árbol de habilidades en el cual puedes desbloquear varias ventajas que se ajusten a tu estilo de juego. Está bien implementado y permite que algunos de los vehículos menos atractivos sean viables en las carreras más intensas.

Hot Wheels Unleashed 2: Turbocharged también explota el apartado de coleccionismo al tener una enorme cantidad de Hot Wheels que incluye modelos clásicos de la marca y autos inspirados en vehículos reales. Es una selección con más de 100 modelos que los entusiastas de Hot Wheels van a agradecer enormemente. Estos autos se obtienen al participar en carreras y obtener monedas que puedes intercambiar en la tienda del juego o girando una ruleta de premios muy similar a la de Forza Horizon.

Lo inadecuado de la tienda de objetos es que funciona por medio de rotación, lo que trae un par de problemas. El primero es que tienes que estar revisando constantemente para encontrar el auto que te interesa, y entonces parece que está hecho únicamente para ampliar las métricas de tiempo de juego en lugar de ser una decisión pensada para el usuario. La otra es que invita a provocar FOMO (o el miedo a perderse algo, en español). No es un problema tan grande porque, por lo menos ahora, Hot Wheels Unleashed 2: Turbocharged está libre de microtransacciones pero, ¿será igual en un año? Ya hay varios estudios que actualizan su jeugo con este modelo de monetización después de su lanzamiento y es un punto genuino de preocupación.

Sin gasolina suficiente para ganar la carrera

Hot Wheels Unleashed 2: Turbocharged es una propuesta entretenida, pero que tiene un largo camino por recorrer antes de poder competir contra los grandes del género. Es evidente que Milestone lo pensó como un juego de carreras arcade casual que puedas disfrutar en retas con tus amigos para pasar un rato lleno de risas y caótica diversión. Tristemente, ese género tiene mejores exponentes y Hot Wheels Unleashed 2: Turbocharged no le llega ni a los talones. Incluso habrá momentos en los que lo estés jugando y te preguntes por qué no lo quitas para mejor poner un juego mucho más divertido.

También hay que reconocer que es una propuesta diferente que tiene un sabor único. Su sistema de juego verdaderamente te recompensa por aprenderlo y es entretenido poder arruinarle la carrera a alguien con un choque bien dado. Desafortunadamente, esta buena base sufre por un diseño de pistas completamente desangelado y genérico que olvidarás rápidamente.

Si te gustó Hot Wheels Unleashed es muy probable que disfrutes esta secuela, que es un poco más de lo mismo, pero con mecánicas de juego que añaden profundidad a la experiencia. Si buscas algo diferente en el género de carreras arcade, es una buena alternativa, aunque te recomendamos buscarlo en oferta.

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