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El universo de Harry Potter saltó con éxito de las páginas y la pantalla de cine a los videojuegos. Hogwarts Legacy capturó a la perfección el ambiente escolar que vimos en las películas y nos dotó de una varita para vivir nuestra propia historia como aprendices de hechicero. La experiencia fue muy buena, pero tuvo algunas fallas y ausencias imperdonables; en especial, la extraña decisión de dejar fuera al Quidditch.
En el juego, la práctica del deporte está prohibida, pero con el lanzamiento de Harry Potter: Quidditch Champions es claro que se planeaba algo más ambicioso y por eso estaba ausente. El nuevo juego de Warner Bros. Games nos monta en una escoba y nos transporta al mundo deportivo de esta competencia. La experiencia es buena, pero ¿valió la pena hacer un juego completo en lugar de dejarlo como un minijuego? Te lo cuento en esta reseña.
Conviértete en el MVP y atrapa la snitch dorada
Harry Potter: Quidditch Champions prácticamente va directo al grano, sólo nos da una breve introducción sobre la importancia del deporte para los magos y aprovecha el espacio para mostrarnos a los protagonistas. A partir de ese momento comienza nuestra carrera como atletas, si queremos llamarnos así.
El primer paso es crear un personaje con un sistema mucho más sencillo que en Hogwarts Legacy. Las opciones están limitadas a tipo de cuerpo y rostro y algunos rasgos físicos; el toque final está en los uniformes o las prendas que usaremos. Desde aquí podemos notar que estamos ante un juego menos ambicioso y que ni siquiera usa las mismas herramientas de desarrollo porque la calidad es menor que la de los modelos y detalles del juego de rol.
Lo siguiente es familiarizarnos con el sistema de vuelo, que francamente me sorprendió. Al principio, es comparable con apuntar con una mira; incluso puedes invertir las direcciones para que sea más sencillo maniobrar a tu antojo. Este sistema funciona porque te familiarizas con él rápidamente y su eje principal es ir la mayor parte del tiempo hacia adelante. De vez en cuando tendrás que cambiar la dirección con una especie de derrape y fijar la mira en la quaffle, la pelota principal que se mantendrá en movimiento.
Como buen cazador, la meta será llegar a la portería y anotar en cualquiera de los 3 aros. En el camino deberemos esquivar los ataques del equipo rival, mandar pases o luchar por robar la pelota. Aunque este proceso se repite, no llega a ser tedioso. Me gustó que, en lugar de ir en una línea recta, puedes volar libremente en 3 dimensiones, así que la libertad de movimiento mejoró y aprovechó el espacio de la cancha.
Los puestos de cazador son primordiales y hay 3 por equipo. Los otros roles son: el guardián, que se mantendrá atado a las porterías; el golpeador, que aprovechará su bat y las bludger para atacar a otros jugadores; y el buscador, quien será el encargado de darle la vuelta al partido cuando aparezca la snitch dorada. Todos comparten algunas características, pero también juegan papeles únicos. Tener diferencias por cada integrante suena bien, pero al final no es tan orgánico.
En mis sesiones de juego noté que Harry Potter: Quidditch Champions da prioridad a los cazadores. Es lógico, si pensamos que los demás integrantes son prácticamente de soporte. La única diferencia importante es con el buscador, que entrará en acción para atrapar la preciada Snitch dorada. Para obtenerla, primero hay que detectarla en la cancha y seguirla hasta llenar un medidor especial. Después de estar un par de minutos detrás de la esfera alada, obtenemos 30 puntos si la atrapamos, no los 150 puntos que dictan las reglas del libro. Este ajuste me parece una buena idea, porque así los partidos extienden su duración y la participación del buscador es más constante. En los modos en línea puedes escoger un rol secundario y alternar con el de cazador durante los partidos.
"La sensación de perseguir un objetivo y estar atento a los cambios de dirección de la Snitch dorada me pareció muy satisfactoria"
Puedo decir que disfruté todas las veces que tomé el rol de buscador. A pesar de que en el modo campaña es muy complicado que el rival te gane los puntos, la sensación de perseguir un objetivo y estar atento a los cambios de dirección de la Snitch dorada me pareció muy satisfactoria. El papel del buscador ocurre en segundo plano mientras la acción continúa en la cancha y luchas con un rival por los puntos para tu equipo. Aunque encontrar la Snitch te toma un momento, cada segundo perdido puede costarte la ventaja; lo siguiente es perseguirla y estar atento a las bludger para mantenerte arriba de la escoba.
Todo esto funciona bien en la cancha, y, aunque a veces hay que detenerse para cambiar posición, las transiciones te ahorran el trayecto de un punto a otro. Hay que tomar en cuenta que, aunque se trate de un deporte similar al rugby, la velocidad y la perspectiva en tercera persona lo asemeja más jugar algo como Rocket League, y esa es la clave. Me refiero a que Harry Potter: Quidditch Champions apuesta por la acción y pone todo su esfuerzo en transmitir una buena sensación de vuelo.
La magia termina de pronto
Es cierto que se hizo un gran trabajo en los controles y el sistema de juego, pero es insuficiente para mantenernos enganchados por mucho tiempo, y ese es su problema más grave. Esto se debe a que falta contenido, pues sólo hay 4 copas, aunque todas tienen diferencias, como el número de encuentros, los equipos participantes y detalles estéticos como los uniformes, además de algunas caras conocidas. Por ejemplo, la copa Hogwarts enfrenta a las 4 casas, mientras que en la copa mundial tomamos la bandera y los colores de algún país.
Una vez que terminamos las copas sólo resta jugar en una dificultad mayor o tratar de conquistar la copa como otro equipo o país, lo que otorga premios y experiencia para completar el pase de temporada. Esto da acceso a cosméticos, emotes, monedas y personajes. La buena noticia es que el pase es gratuito, lo único que hay que hacer es jugar hasta el cansancio mientras la temporada esté activa.
De nuevo: suena bien, pero es insuficiente, porque las recompensas son poco atractivas, con algunas excepciones como la máscara de papel de Hagrid que es... digamos... curiosa. El resto se siente como relleno y no contagia las ganas de obtenerlos. Ni siquiera el fomo ayuda a que nos apresuremos a jugar, así que Harry Potter: Quidditch Champions es realmente un juego de ratitos, casi como si fuera un arcade o algo por el estilo. Esto es triste porque el legado de Harry Potter es enorme y una buena campaña donde un jugador pasara de ser novato a profesional hubiera sido increíble. Incluso pudieron añadir minijuegos o rivalidades con personajes populares, pero no: todo se limita a copas sencillas.
En algunos puntos encontrarás personajes de la saga que intervendrán brevemente, pero se convierten en un jugador más del montón. Lo que sucede es que la aparición de los personajes funciona a modo de skins, y podrás usarlos una vez que los obtengas en el pase de temporada o al gastar algunas monedas del juego en el mercado. Una decisión muy extraña es que estos skins no pueden usarse en campaña, sólo en partidos de exhibición y en línea. Entonces, ¿qué caso tiene conseguirlos?
Otro factor con potencial desperdiciado son las mejoras de personaje. Mientras subimos de nivel también obtenemos puntos de habilidad individuales y por equipo, lo que mejora las estadísticas da algunas acciones extra, lo que añade profundidad a un juego que tal vez no la necesita, porque deja la sensación de estar jugando algo casual. Si la campaña fuera más ambiciosa o hubiera personajes con diferentes características y hechizos podríamos armar un equipo de ensueño, pero en su lugar tenemos avatares para personalizar con peinados, gorros, uniformes o accesorios. Todos tienen características según su rol en el equipo y pueden mejorar con los puntos de habilidad
Esta opción de mejoras también aplica para diferenciar estéticamente las escobas y su rendimiento. La verdad es que no noté mucha diferencia al subirlas de nivel, pero saber que tenía una escoba mejor me dio tranquilidad.
¿Asustado, Potter?
Harry Potter: Quidditch Champions da la sensación de ser un juego que pretendía ser más ambicioso pero no consiguió justificar un presupuesto mayor para su desarrollo. El control es muy bueno y representa bien el Quidditch, además de que las opciones para que el control sea más cómodo se agradecen. El resto del juego se siente con mucho menos trabajo y corazón.
La parte técnica también es un poco agridulce; me refiero a que el rendimiento en la versión de PlayStation 5 que jugué para esta reseña fue muy bueno, pero faltó trabajo en texturas y modelos, si lo comparamos con lo que vimos en Hogwarts Legacy. Las opciones para personalizar a los personajes son limitadas y por eso terminan luciendo muy parecidos. Los skins ayudan, pero no resuelven esta falta de identidad.
El punto fuerte es que los fans de Harry Potter no necesitan una curva de aprendizaje muy profunda para comenzar a jugar; sin embargo, no es un free to play que puedas descargar por pura curiosidad; hay que pagar por él. Está la ventaja de que no tiene microtransacciones, pero eso tampoco justifica su precio. Ni siquiera el modo online es suficiente para atraparnos porque la experiencia está orientada a que un jugador controle a todo el equipo. Llegué a esta conclusión porque en el único modo disponible en línea, 3 vs 3, hay muchos tiempos muertos cuando no tienes la Quaffle. La cancha es grande, así que hay momentos en que la acción ocurre en el otro extremo y mientras tratas de llegar te perdiste toda la acción y emoción.
El audio es cumplidor, porque los sonidos ayudan a sumergirte en el juego y transmiten el ambiente deportivo de las películas. Mi única queja va dirigida a que los narradores tienen pocas líneas grabadas y entonces escuchas lo mismo una y otra vez.
Toma tu escoba y ve directo a la portería
En este momento, Harry Potter: Quidditch Champions se siente como un juego divertido pero incompleto. Tiene el potencial de ser algo más grande, pero su precio nos justifica del todo que gastemos en él. Está bien que incluya cross-play y cross-save para que puedas jugar con tus amigos en cualquier plataforma, pero descuida otros apartados. Una de las promesas es que incluirá un modo de 6 vs 6... así que más adelante veremos si Harry Potter: Quidditch Champions evoluciona de forma favorable.
Harry Potter: Quidditch Champions está dirigido a todo tipo de jugadores, más allá de los fans del mago más famoso del mundo. Aunque el control de este simulador de Quidditch transmite una buena sensación y es entretenido, necesita hacer algo para aprovechar su potencial. Si tienes curiosidad y una cuenta de PlayStation Plus activa, podrás obtenerlo gratis hasta el 30 de septiembre. También está disponible en Xbox Series X|S, PC y podrás jugarlo en Nintendo Switch a partir del 8 de noviembre.
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