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Aunque el box ha tenido presencia en los videojuegos desde hace décadas, pasaron 14 años desde el lanzamiento de Fight Night Champion de EA, el último gran título de este deporte. Para nadie es secreto que la caída en el rating, la falta de modelos de negocio atractivos, una que otra polémica en el ranking y organización de las peleas jugaron en contra, pero también hubo un duro golpe: el ascenso de la UFC. El nicho, cual campeonato, quedó vacante hasta que un trío de hermanos decidieron emprender un nuevo proyecto con la fundación de Steel City Interactive. Esto resultó en el regreso del box al gaming con Undisputed.
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El box da nuevas señales de vida en el mainstream y en los videojuegos
Freddie Roach, antiguo peleador y uno de los entrenadores prolíficos de este deporte, siempre ha dicho que todo aquel que es capaz de noquear a otra persona con un solo golpe puede y —hasta debe— ser boxeador porque tiene talento innato. A más de una década del último videojuego de box, Steel City se aventuró para ponerse a prueba, soltar algunas combinaciones y tener éxito en el ring.
La historia de Undisputed es, tal vez, la que deberían seguir la mayoría de los videojuegos. Los hermanos Ash, Asif y Asad Habib no vendieron humo; primero, aprendieron a hacer videojuegos, luego decidieron hacer uno de box, crearon un prototipo funcional y, lo más importante, negociaron las licencias de más de 70 peleadores, entre leyendas y activos, para presentar el proyecto ante inversionistas.
"... todo aquel que sea capaz de noquear a otra persona con un solo golpe puede —y hasta debe— ser boxeador"
Un simulador de deportes sin licencias difícilmente tendrá éxito, así que el primer acierto de Undisputed es incluir peleadores reales. ¿Cómo lo lograron? Salvo casos específicos como los de Saúl “Canelo” Álvarez, Terrence Crawford y algunos peleadores actuales que viven su mejor momento, el resto entra en la realidad del boxeo mismo: ya no son los tiempos de gloria del Pago Por Evento, cuando llovía dinero y las peleas eran inalcanzables. Hoy, estos encuentros son más accesibles porque el negocio se vino abajo hace años.
Por otra parte, el realismo boxístico en términos de imagen de Undisputed se ve apoyado por la inversión de la Autoridad General de Entretenimiento de Arabia Saudita. De hecho, el videojuego es un vistazo al presente y futuro del box como entretenimiento, pues Las Vegas o Atlantic City han dejado de ser las capitales de este deporte; ahora las grandes peleas se llevarán a cabo en Medio Oriente, como parte de la Riyadh Season, periodo que corre de octubre a marzo cada año. A lo largo de estos meses, el turismo y el comercio se abren a Occidente para atraer espectáculos de la más alta calidad. El MGM y el Caesar’s Palace quedaron en el pasado.
Quizás estos últimos párrafos se lean rimbombantes, pero hay que tener clara la dimensión de Undisputed. El juego es más un esfuerzo que una ambición y, por ende, tiene límites definidos debido a que no se trata de una entrega deportiva AAA con millones de dólares provenientes de una compañía de primera línea. De ahí que su oferta de modos de juegos sea sencilla, con un modo libre donde puedes enfrentar a los peleadores que quieras sin limitarse a su peso y categorías, un componente en línea que busca crear una escena competitiva pero que hasta ahora ha tardado en arrancar como se esperaba, y un modo carrera.
El modo carrera es la propuesta más elaborada, aunque por la naturaleza del proyecto, está lejos de lo que manejan los títulos de deportes en la actualidad. La carrera en Undisputed carece de componentes narrativos, no hay una historia, interacción con NPC o alguna narrativa dramática. Se trata de un modo sencillo, pero bien estructurado que apuesta por la abstracción la mayor parte del tiempo que no estás en el ring, pero tampoco te hunde en un mar de menús, tablas y datos.
"Undisputed manejó muy bien estas situaciones y me resultó más práctico atender los asuntos entre cada combate con menús sencillos y que van directo al grano en vez de lidiar con minijuegos sin sentido"
El objetivo, como en todo juego deportivo, es crear a tu boxeador o boxeadora (aunque puedes hacer una carrera ficticia con peleadores reales) y subir en los circuitos competitivos hasta llegar a la cima y pelear en los grandes escenarios. El motor de creación de personaje es competente y sus combinaciones satisfarán ese diseño que traes en la mente. A partir de aquí, tendrás que escoger a un entrenador, tomar decisiones sobre los torneos en que participarás y la manera en que administrarás tus recursos, tiempos e incluso contratos publicitarios. Como en cualquier división inferior de cualquier deporte, siempre inicias en auténticas pocilgas —aunque sean reconocidas— y en Undisputed no es diferente, pues primero te medirás en los circuitos locales.
Aunque se puede cuestionar la falta de interacciones entre peleas, la realidad es que Undisputed manejó muy bien estas situaciones y me resultó más práctico atender los asuntos entre cada combate con menús sencillos y que van directo al grano en vez de lidiar con minijuegos sin sentido. En años recientes, los títulos de deportes han pecado de eso y pienso que no se trata de ofrecer relleno para acallar la voz que pide más y más contenido en los respectivos modos carrera; hoy, puedes pasar más tiempo en menús, tablas y minijuegos que en partidos o peleas, y eso rompe el equilibrio. La experiencia de carrera en Undisputed es básica, pero bien diseñada y ejecutada.
Tan inestable como Tommy “el Duque” Morrison
Tommy Morrison (si no lo ubicas, es el coprotagonista de Rocky V) fue un peleador (falleció en 2013) espectacular, pero con altibajos. Tenía un gancho de izquierda mortal, pero una quijada de cristal; siempre estuvo a punto de alcanzar la gloria, pero cayó en desgracia antes de llegar; de hecho, en su récord pesa aquel infame nocaut propinado por Ray Mercer, uno de los más brutales de la historia. ¿A qué viene la comparación? Pues es el boxeador que viene de inmediato a mi mente en cada partida de Undisputed, más cerca de este chico de Gravette, Arkansas, que de Muhammad Alí y te diré por qué.
Este juego de box está hecho en Unity, y Steel City procuró trasladar, con el mayor realismo posible, los movimientos y el estilo de cada peleador con licencia, algo que notarás de inmediato en su peso, física y habilidades. El estilo de corto alcance pero rápido de Julio César Chávez, el movimiento táctico y golpes fulminantes de Canelo, la rapidez y fuerza inigualable de Alí, la fuerza bruta de Tyson Fury: todo lo que esperas está aquí. También pusieron atención en dotar de diferentes estilos a los peleadores creados por el jugador, así que podrás escoger tu tipo de ataque, defensa y movimientos de pies y cintura.
Ya en el ring, Undisputed cumple su promesa de resaltar el juego de pies y el parado en el cuadrilátero, pues aunque no lo notemos, ahí están la base y las posibilidades ofensivas y defensivas. La física y los movimientos de los peleadores se sienten realistas —tampoco esperes un alto nivel propio de un AAA— y recrean bien el juego estratégico de golpes y defensa donde buscas ese espacio-tiempo para acabar con el rival, o al contrario, pagar caro por tus errores.
"Undisputed, más cerca de este chico de Gravette, Arkansas, que de Muhammad Alí"
No se trata de dar golpes a lo loco, pues el equilibrio y la relación acción–consecuencia equilibran lo que sucede en el ring. Tienes una barra de fuerza que baja con cada golpe dado o recibido, algo como la estamina de los Souls, por ejemplo. Lanzar una combinación de jabs, ganchos y uppercuts es emocionante, pero si dejas la barra en rojo quedarás expuesto, así que tienes que aprender a gestionar tus ataques.
Conforme avance la pelea, el límite de esta barra disminuirá y tendrás menos opciones, algo que sucede en realidad porque los boxeadores se cansan y a partir del sexto round no salen con la fuerza y el ímpetu del primero. A la par, Undisputed registra el daño en zonas específicas. Todos los boxeadores tienen puntos débiles o, por azares del destino, una parte de su cuerpo puede verse afectada en demasía. La invitación es obvia: si le dañaste la cabeza, le abriste la ceja o hay daño en la zona hepática, la lógica es que enfoques la mayoría de tus golpes hacia esas áreas para reclamar la victoria. Claro que tu contrincante puede hacerte lo mismo.
Por si eso fuera insuficiente, también está el medidor de ritmo cardiaco que nivela las posibilidades de éxito en golpes y bloqueos, lo que hace necesario mantenerlo en balance. Piensa que demasiado alto se traducirá en menos puñetazos que dan en el blanco y menos ataques bien defendidos o esquivados.
Hasta aquí, Undisputed cumple y bien, pero no tarda en venirse abajo por algunos detalles de su jugabilidad que, lamentablemente, tienen que ver con sus límites como emprendimiento. Un porcentaje notable —pero no alto— de los movimientos de colisión e impacto en los boxeadores no tienen el nivel de realismo esperado; tampoco es algo injugable, pero los movimientos raros restan a la experiencia; en especial, en el intercambio de golpes cuerpo a cuerpo.
Asimismo, hay movimientos defensivos y de cintura de los rivales controlados por la IA que lucen ridículos, porque se quedan estáticos como si se tratara de un bug, y hay ángulos de cámara que lo hacen más evidente. Por otra parte, hizo falta atención al detalle, pues en algunos golpes no sabrás si hubo impacto o fallaste, lo cual indica que faltan zonas de impacto en el diseño de los personajes y animaciones que representen adecuadamente el acierto o el error. Además, aquellos golpes que entran a la perfección son exagerados en su animación y sonido; cualquiera que sea fan del box sabrá que no suenan así. Finalmente, hay resultados dispares en el daño causado y su expresión gráfica, pues no todos los peleadores lo muestran y en ocasiones quedan limpios, algo imposible después de tantos golpes.
En cuanto a la experiencia general, se agradece la licencia de Jimmy Lennon Jr., uno de los mejores presentadores de box en la historia; sin embargo, el juego falla en dotar a la pelea del rugido de los asistentes y hay periodos en que el silencio se hace presente y resulta incómodo. Aún subiendo a 100 cada indicador, las peleas tienen un volumen bajo y se extrañan los gritos y las reacciones del público cuando hay buenos intercambios o ante el nocaut.
Hablando de eso, cada noqueo en Undisputed te da la opción de levantarte con un minijuego que involucra los gatillos, pero no es sencillo y eso está bien porque acabas de hacer morder la lona... no es como que te puedas poner de pie de inmediato y en las mejores condiciones. Eso sí, recomiendo desactivar las repeticiones, pues al lograr un KO el juego va de inmediato a la repetición, y eso resta emoción por lo logrado.
Un esfuerzo interesante
Al final, no se trata de que Undisputed sea un buen juego o no, porque tiene elementos sólidos y se defiende, pero es lo que hay desde hace más de una década y es nuestra única opción. Sin duda, y pese a sus fallos, tiene bases que emocionan por lo que podría hacerse en el futuro y con mayor presupuesto. Si eres fan del box y ya estás harto del último juego de 2013, dale una oportunidad a Undisputed, aunque ten presente que no es un simulador AAA y sus bordes son ásperos. Si no tienes problema con eso, bienvenido de regreso al ring y que suene la campana.
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