Ninjas, causaron furor en la década de 1980. Todo mundo quería hacer su propia versión en película o videojuego, y mientras algunas propuestas fueron magistralmente nefastas, surgieron otras que aún recordamos con nostalgia. Uno de los geniales exponentes fue Strider, título de plataformas que nos trasladaba a un mundo de alta tecnología y fantasía mística, en donde acción y frenesí aderezaron una increíble experiencia de juego. En un intento por recrear esa sensación para las nuevas generaciones, Feelplus convocó a Koichi Yotsui, director de este clásico de arcadias, quien dio su toque especial al nuevo proyecto.

Es difícil innovar en un género en el que ya se intentó todo, por eso MOON DIVER prefirió apegarse a las reglas de su antecesor espiritual. Tiene como protagonistas a ninjas cibernéticos escalando paredes y techos, además de envolvernos en intensa acción, pero también aporta nuevos ingredientes a la fórmula.

A diferencia de otros juegos de su tipo, en éste los personajes no se quedan estáticos, ya que conforme vencen enemigos adquieren experiencia y con ella, suben de nivel. Esta cualidad permite personalizar sus habilidades básicas para resistir más golpes, causar mayor daño o incrementar la cantidad de magia. Dado que cada personaje tiene sus correspondientes fortalezas y debilidades, al asignar puntos puedes diseñar al peleador ideal, aunque a costa de invertir muchas horas reuniendo puntos. Y si eres un afanado coleccionista, podrás buscar los cincuenta hechizos dispersos en los niveles del juego, con el beneficio de usarlos en tus ataques para congelar enemigos, lanzar proyectiles o curarte, entre muchos otros impresionantes efectos mágicos.

La mecánica de juego no tiene nada de complicada, es fácil aprender los controles y dado que son muy responsivos, te acostumbras rápido a los movimientos. En pocos minutos estarás despedazando decenas de criaturas a la vez, causando un verdadero caos en pantalla. El problema es que las masacres son divertidas al inicio, pero después de algunos niveles se hace evidente que los enemigos siguen siendo exactamente los mismos, con algunos cambios en su paleta de color y ligeros ajustes visuales, la única diferencia es que la dificultad aumenta sólo porque las oleadas son cada vez más numerosas. Ya que tocamos el aspecto de las complicaciones, los jefes aportan esa necesaria variedad, pero el precio es que enfrentarse a ellos es un verdadero suplicio, pues tendrás que repetir todo el nivel si te matan, y créelo, pasará muchas veces.

Es un hecho, a pesar de que MOON DIVER promete ser accesible para los jugadores solitarios, y durante varias horas lo logra, hay momentos en que es imposible avanzar si no estás en compañía de alguien más; si lo intentas te darás topes contra la pared, no importando cuánto subas de nivel a tu personaje. Aquí es donde tiene valor el aspecto cooperativo. La aventura está diseñada para cuatro personas, sin importar si tienen el mismo nivel de personaje. Unirse a otros no tiene complicación, puedes entrar en el juego avanzado de alguien más, lo que es benéfico en términos de experiencia si eres principiante. La acción ya es de por sí frenética, exigiendo que te mantengas al pendiente de todo lo que sucede en pantalla, qué atacar primero y a dónde moverte, siempre con extrema precisión.

La presentación es otro aspecto favorable. En general las gráficas no son tan detalladas, pero las animaciones están muy elaboradas, los poderes son vistosos y el arte es atractivo. El juego podrá ser repetitivo en formato, pero al menos los fondos ilustran diferentes locaciones en cada capítulo de la historia.

Es lamentable que un juego con tanto potencial como MOON DIVER no se aprovechara al máximo. Su oferta es entretenida al principio, pero lo repetitivo de los combates y una historia irrelevante hacen que el brillo se desvanezca rápidamente. El cooperativo compensa todos los puntos negativos, la desventaja es que depende de cuánta gente se encuentre jugando en línea o que invites algunos amigos en juego local, de lo contrario no encontrarás motivación para jugarlo una vez más después de terminarlo.