Assassin’s Creed es una franquicia que ha intentado en varias ocasiones conquistar el mundo portátil y ha fallado. Liberation es un intento más serio en una consola con más poder, el juego tiene más producción y es la experiencia más apegada posible a la que tenemos en consolas y PC, pero eso no significa que el resultado sea bueno.

Liberation incluye un personaje fascinante que no es suficiente para sacar adelante el juego. Aveline siempre vivió como aristócrata y nunca supo nada de su madre, hasta que alguien le hace saber fue una esclava de Nueva Orleáns. La chica tiene conflictos y al parecer se trata de una asesina, por la ropa y las armas, pero nada más por eso, la trama en ningún momento se esforzará en decirte algo.

Aveline corre, salta, asesina e investiga traiciones y complots impresionantes, nunca estarás seguro de a qué fin sirven todas estas situaciones, pero parecen el día a día de un asesino. Otra situación que te dejará completamente confundido es la falta de muestras de que estás dentro del Animus, sí, los artefactos de video, como fallas en el sistema, siguen ahí, pero los que nunca han jugado Assassin’s Creed pensarán que es un bug.

Todos los elementos del juego podrían convertirlo en una gran historia, poco será revelado y menos aún relevante, en especial cuando haces misiones en las que tienes que callar a tus rivales de negocios con amenazas y miradas rudas.

Al igual que en muchos otros juegos para Vita, encontrarás controles táctiles que se sienten forzados y se usan en tareas como abrir sobres de cartas, robar dinero y asesinatos en cadena, se meten ligeramente en el camino de la experiencia, pero como el juego no es absorbente, poco importa. Pero las peores partes son, sin duda, el laberinto, que se controlan moviendo la portátil, y la canoa, en la que tienes que remar haciendo uso de la pantalla táctil.

Visualmente, Liberation no es lo que pudo haber sido, no se aprovecha en nada el poder gráfico del Vita. A momentos hay buenos efectos de iluminación, pero Aveline se nota rígida y otros personajes hasta parecen de madera.

Un elemento que agrega una capa nueva e interesante al juego es el sistema de personas. Aveline puede pasar de aristócrata a esclava y asesina utilizando vestidores que puedes comprar por los distintos territorios que visitas y que te pueden servir (o te pueden forzar a usarlos) en distintas situaciones: una fiesta en el jardín implica ir vestida de niña rica, mientras que para correr por los pantanos necesitarás ir como esclava o asesina.

El juego está plagado de coleccionables: estatuas mayas, huevos de cocodrilo, tesoros, enfermos de fiebre, pero ninguno tiene algo que ver con la historia ni te darán un mejor conocimiento del juego, con excepción del ciudadano E, un tipo que aparece al azar cerca de los lugares de los muy pocos asesinatos que llevarás a cabo y que te ayudarán a conocer la verdadera historia de cada homicidio.

Assasin’s Creed III Liberation tiene todos los ingredientes necesarios para ser un gran título, pero nunca se combinan de una forma que produzca un resultado satisfactorio. El juego se queda en el camino de ser una parte muy interesante del universo de Assassin's Creed que si quiere servir como línea paralela, necesita mucho trabajo.