Metal Gear Rising: Revengeance Xbox 360

Tras el debut no muy bien recibido de Metal Gear Solid 2 y un ir y venir de los títulos subsecuentes, el equipo de Kojima decidió darle un protagónico a Raiden, el valiente guerrero que salvó muchas veces a Solid Snake y que en el último título se mostraba como un cyborg ninja con impresionantes habilidades. La pregunta es ¿cómo llegó Raiden de novato segundón de Metal Gear Solid a ninja-asesino-robot súper poderoso? La respuesta se titula Metal Gear Rising: Revengeance.

Durante el presente E3 tuvimos oportunidad de visitar el booth de Konami y dar un vistazo a este nuevo título que esperamos hace más de un año y aún hoy desconocemos la fecha de su arribo a las tiendas.

Lo primero a tomar en cuenta en el título son las impresionantes gráficas; las luces, reflejos y sombras denotan un enorme cuidado y atención a los detalles. Lo segundo, que probablemente sea considerado como positivo por los fans, son los controles, ahora son mucho más intuitivos, algo antes muy criticado por algunos detractores de la franquicia. Actualmente basta utilizarlos un par de minutos para controlar sin problemas a nuestro reconstruido protagonista.

En el demo que jugamos conocimos las habilidades de Raiden. El uso de su espada para desmembrar y rebanar oponentes y las cuchillas en las piernas para cercenar enemigos a su paso mediante movimientos estilo capoeira fueron muy bien recibidos por todos los asistentes. Hay dos niveles de golpes con las cuchillas: las patadas y espadazos que sólo dañan a los enemigos, pero que de lograr conectar los combos permite eliminarlos. El otro golpe de espada es el que se ha hecho famoso en videos de presentación, donde se recurre a una especie de bullet time que mantiene a los adversarios prácticamente inertes mientras la espada de Raiden los cruza de un lado a otro hasta hacerlos pedazos.

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Durante los 30 minutos que duró la demostración pudimos rebanar a muchos soldados genéricos así como maniquíes y sandías... (sí, sandías), pero tuvimos dos enfrentamientos importantes: uno contra un Gekko, que a diferencia de su versión en MGS4 no representó reto alguno y después de tres rondas de sablazos cayó al suelo despedazado; el otro reto fue destruir un helicóptero, para lo cual era necesario utilizar un RPG. Después de una ronda de misiles certeros puedes volver a utilizar tu filosísima espada y destruir al helicóptero como si se tratara de una sandía.

Este juego pinta muy bien, tanto para los seguidores de Metal Gear Solid como para muchos otros jugadores, y es probable que en particular los entusiastas de Fruit Ninja lo encuentren atractivo.