Al principio tendrás todo bajo control, incluso creerás que el juego es fácil hasta que te pongas a contar las veces que mueres por nivel y sumen demasiadas. Para cuando llegues a los niveles más avanzados tus movimientos tendrán que ser perfectos, cada milisegundo y cada pixel cuentan. Esto no quiere decir que te alejes de Super Meat Boy, al contrario, es un gran reto y si no fuera porque el control es perfecto, no funcionaría.

Eres Super Meat Boy, que está intentado recuperar a Bandage Girl de las terribles garras del Dr. Fetus, y para lograrlo tendrás que atravesar pequeños mapas que contienen puzzles que habrá que pasar corriendo, haciendo gala de una serie de malabares que tendrán que ser perfectos.

Super Meat Boy revive el género de plataforma con gráficos dignos de la era dorada de los juegos de este tipo, pero con una mejora de nueva generación que lo hace increíble. El énfasis está en los controles, pues te permiten tener esa precisión de un pixel que es necesaria, y si te harta jugar con este personaje, podrás desbloquear a una muy buena cantidad de opciones diferentes, cada una con sus propias habilidades a dominar, será posible usar a Tim, de Braid, Ninja de N+ y Alien Hominid, entre otros.

Aunque Super Meat Boy es un gran juego, es necesario avisarles que si no son jugadores hardcore, de esos que no tienen problema en jugar lo que sea sin importar su dificultad, en algún momento van a romper el control y a arrepentirse de haberlo comprado.

Hay cosas que parece imposible alcanzar, y cuando logras terminar cada nivel en menos del tiempo requerido desbloquearás el nivel de Dark World, una reflexión oscura y brutalmente difícil del nivel en cuestión, o el bonus world, uno que parece haber sido diseñado para provocarte un derrame de bilis masivo. Los niveles son muy cortos, así que la frustración no es profunda, no habrá que regresar a checkpoints ni perder mucho avance, los puzzles deben resolverse en cuestión de segundos, así que sólo es cosa de paciencia y dominio sobre tu control de 360. Casi todos los niveles tienen vidas infinitas y como no hay necesidad de hacer loading, los niveles inician de nuevo tan rápido que en ocasiones vas a aparecer sobre el lugar en el que se formará el charco de sangre que está a punto de dejar tu cadáver.

El nivel más largo se resuelve en 30 segundos, así que tu interés puede mantenerse arriba de manera constante, y cuando por fin termines un nivel, a manera de terapia, podrás ver simultáneamente todas las formas en las que moriste en él.

Si logras terminarlo tu recompensa será tener acceso a muchos niveles gratis. Super Meat Boy vale lo que cuesta, la paciencia requerida para jugarlo es recompensada con bastante humor y con el orgullo de pasar los endiabladamente difíciles niveles.