Quizás el único personaje de los juegos de video que se asemeje a Mario en cuanto a actividades "alternativas", sea Sonic. La mascota de SEGA también ha participado en eventos deportivos, automovilísticos, olímpicos y hasta de RPG a lo largo de la última década; sin embargo, nada de eso es novedad para él y sus amigos, pues hace algunos ayeres (en 1995 para ser más precisos), existió un juego que lo desplazó de sus clásicos escenarios de plataforma en 2D para llevarlo a formar parte de algo que ni el mismísimo plomero italiano vio venir en aquella época.

Sonic the Fighters fue el primer título del erizo azul en una aventura totalmente diferente a las que nos tenía acostumbrados, y aunque hoy el título carece de algún componente que lo haga sobresalir, en su momento fue una propuesta que podía darte horas de diversión con tus amigos organizando retas con mecánicas de pelea sencillas pero adecuadas para la época. La pregunta es: ¿tiene lo necesario para regresar a escena y perdurar sobre los títulos actuales del género?

De entrada, si eres un acérrimo seguidor de los títulos de peleas y esperas algo complejo con un alto nivel de retos, competitividad y rejugabilidad, entonces quizá debas considerar un Street Fighter o un Tekken, pues en Sonic the Fighters no lo encontrarás. Las mecánicas de juego se limitan al uso de 3 botones (golpes, patadas y bloqueo) con limitadas combinaciones para la creación de combos, aunque considerando que para ese momento el género de peleas no se encontraba tan refinado como ahora, es justificable que los controles fueran tan sencillos y fáciles de comprender.

Sonic the Fighters permite usar 8 de los personajes –y 1 secreto- más importantes del universo del erizo azul, están los más populares como Knuckes y Tails hasta los menos conocidos como Espio, Fang o Bean, cada uno con movimientos y agarres totalmente diferentes pero que emplean el mismo esquema de control y casi las mismas propiedades ofensivas y defensivas, en cuanto a daño y bloqueo. Seleccionarás a 1 y lo llevarás al modo arcade, lo que te obligará a confrontar al resto de los combatientes en 7 niveles y en el octavo pelearás contra un clon monocromático de tu personaje. Lo siguiente será enfrentar a Metal Sonic en el escenario final y al Dr. Robotnik (Dr. Eggman como se conoce actualmente) en una batalla especial, y eso lleva a finalizar la absurda historia en la que el Dr. Robotnik ha construido el Death Egg II, una estación espacial que atenta contra la Tierra, lo que debemos evitar. Para ello, Tails construyó una nave espacial para destruir la creación del doctor, el problema es que sólo hay espacio para un pasajero y todos se consideran héroes potenciales, de manera que deciden competir en un torneo para decidir al ganador.

Cada personaje te llevará a jugar la misma historia 8 veces, lo que resulta aburrido y obsoleto por lo repetitivo y similar de los controles, pues pese a que hay varias dificultades y la posibilidad de cambiar algunos parámetros de juego (como los rounds y el tiempo), la experiencia se mantiene idéntica y en ningún momento hay un reto que motive a continuar jugando. Además, la Inteligencia Artificial usa los mismos ataques una y otra vez, lo que llega a ser frustrante; por otro lado, su torpeza permite romper su defensa fácilmente para apalearla sin problema incluso en la dificultad más elevada.

Una de las implementaciones obvias, en particular por el género al que pertenece Sonic the Fighters, es la posibilidad de enfrentar a otros jugadores en línea. En este caso, hasta 2 jugadores con la opción de elegir entre jugar partidas rápidas o partidas rankeadas para competir y clasificar en los mejores lugares. Sin importar lo que decidas jugar, podrás hacerlo a nivel mundial o regional sin problema de lag u otras complicaciones asociadas con la conexión.

Para finalizar, el apartado gráfico y sonoro se mantienen intactos con respecto a la versión arcade de 1996 y a la de Sonic Gems Collection de 2005, que resultan prácticamente iguales. Así que no se trata de una reedición o remasterización adaptada a las resoluciones de una pantalla de alta definición, sin embargo, no son factores que perjudiquen la experiencia; a decir verdad, hay elementos como las expresiones de los personajes, como cuando reciben un golpe, que lucen muy bien y hasta cierto punto son divertidas, y en conjunto con la música de aquella época, generan un sentimiento de nostalgia, particularmente para quienes tuvieron oportunidad de jugar este título en su momento.

Sonic the Fighters es disfrutable si sus sencillas mecánicas de juego logran llamar tu atención. De otro modo, la experiencia para un solo jugador se vuelve tediosa y aburrida e incluso el apartado online y local no ayudan a que el juego se mantenga con vida, lo que provoca que lo olvides el segundo día. Es recomendable para quienes hayan disfrutado la entrega en su época, para los seguidores del erizo azul y desean conocer su exótica aventura, y para los cazadores de logros/trofeos que estén dispuestos a gastar los 400 MS Points en Xbox LIVE o los $4.99 USD en PlayStation Network que vale el juego, para desbloquearlos en un lapso no mayor a 25 minutos.